Rusia detuvo este miércoles a un sospechoso por el asesinato de Igor Kirílov, jefe de la división de armas químicas del ejército. Según informó el Comité de Investigaciones ruso, se trata de un ciudadano uzbeko que admitió haber sido reclutado por Ucrania y ofreció detalles sobre el atentado.

“Un ciudadano de Uzbekistán nacido en 1995 fue detenido por sospechas de haber cometido el ataque que cobró la vida del comandante de las fuerzas radiológicas, químicas y biológicas de defensa rusas, Igor Kirílov, y su asistente, Ilya Polikarpov”, señaló el comité en un comunicado.

Durante el interrogatorio, el sospechoso confesó haber sido “reclutado por las fuerzas especiales ucranianas”, según la misma fuente.

A solicitud de los ucranianos, llegó a Moscú y le entregaron un artefacto explosivo, que colocó en un patinete eléctrico estacionado cerca de la puerta del edificio donde vivía el general Kirílov, según indicó el comunicado.

El sospechoso también alquiló un auto que estacionó cerca del edificio, donde se instaló una cámara de vigilancia.

El video filmado por la cámara fue retransmitido “en tiempo real a los organizadores del atentado, a la ciudad de Dnipro”, dijeron los investigadores.

Cuando el general y su asistente salieron del edificio, el sospechoso activó a distancia el artefacto explosivo, según el comunicado.

Al ejecutante se le prometió “una remuneración de 100.000 dólares estadounidenses” y la posibilidad de radicarse “en un país europeo”, dijo el uzbeko a los investigadores.

El general Kirílov, de 54 años, fue sancionado en octubre por Reino Unido por supuestamente enviar armas químicas para su uso en Ucrania. Fue el más alto cargo militar ruso asesinado desde el inicio de la ofensiva militar rusa contra Ucrania en febrero de 2022.

Su crimen fue reivindicado el martes en Kiev por una fuente de los servicios de seguridad ucranianos (SBU), que el lunes acusaron al general de “crímenes de guerra”.

Según el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), la bomba fue activada cuando Kirílov salía de su domicilio acompañado de su ayudante, quien también murió en el atentado.

Los investigadores establecieron que el artefacto explosivo, con una potencia equivalente a 300 gramos de trilita, estaba en un patinete eléctrico junto al portal del edificio de viviendas en la avenida Riazanki, en el sureste de la capital rusa, y causó graves daños en la entrada del inmueble.

El militar había acusado repetidamente al Ejército ucraniano de usar armas químicas durante la guerra entre ambos países tras la invasión rusa de febrero de 2022.

Por su parte, en la víspera del atentado, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) lo declaró sospechoso de ordenar el uso de armas químicas contra las fuerzas ucranianas.