La Policía Federal de Brasil logró detener este martes a cuatro militares y un agente, tras ser acusados de planear en el 2022 el asesinato del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, para evitar la toma de posesión del jefe de Estado.
Según consignó Radio Biobío, los cuatro militares fueron arrestados en Río de Janeiro, y tres de ellos estaban en la cumbre del G20, participando en labores de seguridad.
Por su parte, el otro militar es el general en la reserva, Mario Fernandes, quien trabajó para la Secretaría General de la Presidencia durante el mandato de Jair Bolsonaro, mientras que el otro detenido es un policía federal.
De acuerdo a la citada emisora, en esta operación, denominada “Puñal Verde y Amarillo”, también se pretendía asesinar al vicepresidente, Geraldo Alckmin, y al juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes.
A excepción de Mario Fernandes, los tres militares detenidos integraban el grupo de élite conocido como “Kids pretos”, compañía especial del Ejército encargada de operaciones de guerrilla y guerra irregular.
Las detenciones se llevaron a cabo en el marco de la investigación por los ataques a las instituciones durante el proceso electoral de 2022, que terminaron con el asalto a la Plaza de los Tres Poderes el 8 de enero de 2023.
Además, trascendió que el atentado a Lula estaba planeado para ser ejecutado el 15 de diciembre de 2022, 45 días después de su triunfo en las elecciones.
Asimismo, los arrestos, en parte, se pudieron realizar gracias al contenido de unos mensajes que intercambiaron militares con Mauro Cid, que fue mano derecha de Bolsonaro, y quien pasó estuvo varios meses en prisión al estar implicado en una supuesta trama para falsificar datos de vacunación contra el Covid-19.