Los científicos descubrieron que la hormona del estrés, un glucocorticoide, devuelve sus funciones al gen Ppmf1, que se altera tras un evento traumático y está relacionado con la aparición del trastorno de estrés postraumático, depresión y ansiedad.
Según el investigador de la UAB Raül Andero Galí, accidentes de tráfico, violaciones, ataques terroristas y la exposición a otros tipos de estrés traumático aumentan la probabilidad de aparición de enfermedades en las personas que los sufren directamente, tanto psicológicas como físicas.
Según Andero, los tratamientos preventivos actuales basados en apoyo psicológico y fármacos son efectivos en algunos casos, pero no para la mayoría de personas.
Con su investigación en ratones y en personas, el equipo de Andero puso de manifiesto que la expresión del gen Ppm1f (Proteína fosfatasa 1f) es una de las alteraciones que se producen tras la exposición a estrés traumático y que, además, este gen está relacionado con la aparición de trastornos postraumáticos.
La principal función de Ppm1f es regular la actividad de una proteína Camk2 (Calcio calmodulina quinasa 2), que es fundamental para muchos procesos básicos del cuerpo como la memoria, el funcionamiento del corazón y las defensas inmunitarias.
“Al descubrir la importancia de la relación entre el gen Ppm1f y la aparición de diferentes enfermedades psicológicas por la exposición a acontecimientos traumáticos, quisimos encontrar posibles tratamientos preventivos que se basaran, precisamente, en reducir la expresión alterada del gen y evitar, así, sus consecuencias negativas en el cerebro”, detalló Andero.
Los especialistas ya sabían que administrar la hormona del estrés, un glucocorticoide, a las pocas horas de un estrés traumático puede prevenir la aparición de enfermedades psicológicas, así que los científicos administraron la hormona a los ratones una hora después de un acontecimiento traumático.
“Los resultados mostraron que había una disminución de la aparición de los síntomas de ansiedad y depresión y, al estudiar los mecanismos por los que se producían estos efectos, vimos que esta hormona prevenía los cambios de expresión en el gen”, explicó el investigador Eric Velasco, coautor del estudio.
“Esta aparente contradicción de que la hormona del estrés disminuya la probabilidad de aparición de enfermedades tras la exposición al estrés es una de las mayores paradojas de la medicina actual”, remarcó Andero.
Según Antonio Florido, que también ha participado en el estudio, “hasta ahora la hormona del estrés se ha aplicado en muy pocos casos en personas. Nuestro hallazgo abre la puerta a aplicarla de manera más amplia y al desarrollo de tratamientos específicamente dirigidos a regular las funciones del gen implicado”.
El estudio se publicó en la revista Biological Psychiatry y realizado en colaboración con las universidades de Harvard y Emory de Estados Unidos.