Un reciente estudio del Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social (COES) y del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP) reveló que, aproximadamente, uno de cada cinco chilenos presenta síntomas de depresión. La enfermedad, además, señala dicha investigación, es más prevalente en mujeres de menor nivel socioeconómico y se presenta menos en personas migrantes.
De hecho, según los últimos informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Chile está ubicado entre los cuatro países con peores índices de salud mental en América Latina.
Los problemas de salud mental son multicausales: el entorno psicosocial, características de personalidad, predisposicion genetica, la cultura, el nivel socioeconómico y condiciones de crianza en la infancia temprana, entre otros factores. Todo ello complejiza su abordaje, ya que requiere considerar y comprender diversos aspectos.
Respecto a la menor presencia de depresión en los migrantes, es posible establecer la hipótesis de que los extranjeros que migran vienen de una situación muchas veces de precariedad o pobreza con la esperanza de surgir y salir adelante, por ello valoran las oportunidades que presenta el país al cual llegan.
Por otro lado, las mujeres de grupos más vulnerables se enfrentan a factores de riesgos asociados a desigualdades sociales y a estresores asociados con la pobreza, como la mala calidad de la vivienda o la violencia de género, y a la exigencia en el desempeño del rol madre-crianza, en el cual deben abordar múltiples tareas y demandas versus el mundo masculino. Por otro lado, muchas veces la depresión pasa inadvertida en grupos acomodados y se invisibiliza con el consumo de sustancias.
En términos de generar estrategias de abordaje de la depresión, es necesario precisar que la salud mental no depende solamente del Ministerio de Salud. Es una responsabilidad global y colectiva, siendo un compromiso de Estado.
Al respecto, el foco del nuevo Plan Nacional de Salud 2017-2025 es el sistema público. De hecho, en los últimos años se ha apreciado una importante expansión en la atención de salud mental en Chile, beneficiando a más de 1700 personas. Se han instalado mayor oferta de salud mental en la atención primaria y la hospitalización psiquiátrica se está realizando mayoritariamente en hospitales generales.
Uno de los grandes avances de este Plan Nacional es que reconoce las brechas existentes por cubrir y en las cuales es necesario poner énfasis, como por ejemplo el déficit de presupuesto en el área.
* Mónica Oyarzún Docente de la Escuela de Terapia Ocupacional, U. Central