El pasado mes de junio, Sebastián “Cuchillo” Eyzaguirre fue condenado por maltrato habitual a su expareja, Lorena Vargas, y ahora, después de algunos meses de revelarse la sentencia, la denunciante expuso unos amenazantes mensajes que presentó como prueba en su acusación. 

En una conversación con CHV Noticias, Vargas mostró unos correos y audios que le envió el comunicador, luego de abandonar el departamento en el que ambos convivían. 

“Ya que te diste el lujo de bloquearme, decirte que quiero un mail por escrito mañana mismo, reconociendo la deuda que tienes conmigo con fecha de hoy y con fecha máxima de pago al 30 de junio (agradece que soy generoso)”, dijo el ex “CQC” en uno de los mails, el cual fue enviado el 1 de mayo de 2020. 

En la misma línea, añadió que “si mañana no tengo ese email de reconocimiento y no te comportas a la altura en los plazos y el pendiente, me vas a conocer. Así que no me hagas ir más allá. No creo que te convenga. Y te lo digo muy en serio. Ojalá te quede claro”. 

Además, Eyzaguirre insistió mediante audios, donde expresó que “contéstame el mail, si no querís verme caliente en serio y ver hasta dónde puedo llegar contigo. Es lo único que te digo, porque tenemos un temita pendiente”. 

En diálogo con el citado medio, Vargas comentó que “ahí seguía con los correos, uno tras otro, uno peor que otro”. 

Posteriormente, en octubre del 2020, la víctima indicó que “sucedió algo muy grave relacionado con alguien cercano a mí, pero no he querido denunciarlo”. 

En este sentido, Sebastián reaccionó en su momento a esta última situación, y manifestó que “esto es lo más fuerte que me ha pasado en mi vida. ¿Cómo te atreves a acusarme de algo así? (…) Te espero donde quieras, en un tribunal o donde quieras, hija de p… Esto no te lo voy a aguantar”. 

Por su parte, Lorena sostuvo que “fue terrible. Después de eso, comenzó a enviar correos y me encontró en un supermercado. Luego, se metió en mi edificio”. 

Cabe destacar que Sebastián Eyzaguirre fue condenado a 300 días de presidio menor por maltrato habitual, quedando con supervisión de Gendarmería por un año.