Una asociación francesa de defensa de los consumidores anunció el martes que presentó una demanda por “obsolescencia programada” contra el fabricante de consolas de juegos de video Nintendo, al que acusa de vender mandos que se dañan demasiado rápido.
El grupo UFC-Que Choisir basó su demanda en una ley de 2015 adoptada en el marco de un proceso de transición energética y crecimiento ecológico en Francia.
Las empresas que sean declaradas culpables de comercializar productos de vida útil reducida pueden ser condenadas a hasta dos años de cárcel y a multas de hasta 5% de sus ventas anuales.
Que Choisir ya había denunciado públicamente el año pasado la fragilidad de algunos mandos de la consola Nintendo Switch, en base a un gran número de testimonios de consumidores.
En enero, el director de Nintendo Francia ofreció reparar cualquier control defectuoso sin costo alguno, incluso si ya no estaba cubierto por la garantía.
Pero según la asociación francesa el problema subyacente no había sido arreglado, “y las quejas han seguido llegando a nosotros”.
“Con el problema conocido desde hace tres años, la empresa japonesa debe ahora comprometerse a arreglar el problema, en lugar de simplemente corregirlo”, dijo.
Identificó dos causas potenciales para el problema “Joy-Con Drift”: una falla prematura de los tableros de circuitos impresos o un fallo que deja entrar demasiada suciedad en el mando.
“El 65% de los consumidores afectados dicen que este problema ocurrió menos de un año después de la compra”, señaló Que Choisir, y añadió que ocurrió “incluso a personas que juegan menos de cinco horas a la semana”.
Según la ley francesa, la obsolescencia programada se define “por el conjunto de técnicas mediante las cuales un vendedor pretende reducir deliberadamente la vida útil de un producto con el fin de aumentar su tasa de sustitución”.