Jara destaca el sintomático acto de los estudiantes de la FEUC que a fines de los 60 alertaron sobre el mítico rol del medio que difundió las ideas golpistas de Edwards y los cercanos a la cúpula empresarial y militar a través del pendón que rezaba “El Mercurio miente”.
“Este hito representa la división histórica de la sociedad chilena, las memorias divididas y escindidas, la sociedad getificada. Nos muestra también el aura de impunidad que tiene el poder en nuestro país: pese a una serie de críticas, denuncias y cuestionamientos, el poder de El Mercurio y su lugar en la sociedad chilena se ha mantenido intacto”, dice la profesional quien es parte del think thank académico Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social.
“Esto nos permite ir entendiendo más sobre las dinámicas del poder, y de cómo funciona la ideología”, agrega sobre un legado que comienza a deshilvanarse desde los instantes siguientes a su muerte. Sin embargo, no todo es un recuerdo amargo cree la académica.
Jara sostiene que el deceso del empresario también es una oportunidad para “reflexionar sobre la memoria cultural y los nuevos temas que pueden ir proponiendo las distintas generaciones en sus relecturas de la historia”, expresa sobre algunas obras de Edwards como su gestión directa contra el gobierno de la Unidad Popular, la complicidad con el golpe y la dictadura y la falta a la ética pública de El Mercurio, mediante su participación y difusión de una serie de montajes y la insistente negación hasta 1991 de los casos de violaciones de DDHH, explica la también postdoctorante de la Escuela de Sociología UNAB-Fondecyt, adjunta al COES.
-¿Qué señal nos envía que la muerte de uno de los grandes “generales civiles” tras el golpe militar ocurra sin haber respondido por sus responsabilidades?
-La expulsión del colegio de periodistas de Agustín Edwards en 2015, acto necesario y tardío, también nos llevó a revisitar estas preguntas. ¿Cómo se piensa y se juzga la producción del rumor en los medios?, ¿qué papel pueden jugar en esto los gremios, por ejemplo, en nociones como el “accountability”, el dar cuenta de las acciones de cada uno frente al escrutinio público y/o legal?. Las querellas por su rol en el golpe y la dictadura, interpuestas desde 2013 por individuos y por agrupaciones de DDHH; por último, también son de enorme importancia, ya que nos permiten discutir cómo las nociones de responsabilidad y ética pública deben y pueden ser fortalecidas.
Nos sitúa frente al problema de la complicidad, en un lenguaje que desborda incluso el código liberal de justicia, que puede tener limitaciones para pensar complejidades sociales de este tipo, pero que nos obliga a responder cuestiones de enorme relevancia. ¿Cómo se juzga la complicidad, cómo se juzga y se piensa la colaboración de los civiles en la dictadura? Estas son, de hecho, parte de las nuevas preguntas que se hacen en procesos post justicia transicional y que representan la oportunidad de fortalecer distintos aspectos de las democracias.