Por entonces, el CNTV dio luz verde a esta serie de 13 capítulos dirigidos por el cineasta Jorge Olguín y el animador Julio Pot (responsable de la preciosa “The gift”) que relata leyendas típicas de Chile destacando sus claroscuros más lúgubres, pero también la veta colorida de la tradición local. El hilo conductor son las salidas a terreno de Caco y Vale, dos hermanos que escuchan los relatos de su pícaro abuelo mientras viajan por todo el país en una casa rodante.
Caco y Vale no solo conocen de primera fuente las leyendas del “Tue Tue”, “Las Tres Pascualas”, “El Cuero”, ”La Tirana” El Yestay”, “La Calchona” o la mitología detrás de la Noche de San Juan, la Fiesta de La Tirana o los brujos de Salamanca, sino que viven aventuras espeluznantes donde el juicio siniestro de Olguín y el pulso más gentil de Pot concretan un resultado que interpela a los niños con la energía del viejo cuento junto a la hoguera. De paso, le da a padres, hijos y abuelos un tema de conversación incombustible.
La Noche de Brujas y una fiel corte de fans en Youtube hicieron el resto, dándole una segunda vida a este interesante proyecto que puede verse en internet con la misma pasión que las maratones del streaming, pero gratis. Cada capítulo dura aproximadamente 10 minutos y está basado en “Geografía del mito y la leyenda chilenos”, el bestiario compilatorio definitivo legado por Oreste Plath.
La carrera de Olguín, detrás de populares películas de terror como “Ángel negro”, “Sangre eterna”, dio un giro más identitario con relativos éxitos como “Caleuche” y “Gritos del bosque”, cuajan en estos relatos para niños que suman hasta 13 millones de visualizaciones.
Según las mismas cápsulas de video en el canal, los protagonistas dialogan con sus suscriptores de toda Latinoamérica en busca de feedback, opiniones y relatos de otras latitudes (siguiendo los pasos que diera “Tikitiklip” en el pasado, otra joya de la corona del CNTV). Como para asustarse más y quedar expectantes de un éxito mayor para “Cuenta la leyenda”. Una obra que devuelve a los niños a una época en que el suspenso, la acción, el humor y el horror no necesitaban de celulares para movilizar la imaginación.