“Hoy todos hemos acordado trabajar en un fondo de recuperación específico dedicado a la crisis del Covid-19, que es necesario y urgente, lo suficientemente grande para hacer frente a la magnitud de la crisis”, dijo el jefe del Consejo, Charles Michel.
Luego de más de cuatro horas de reunión a distancia, los líderes de la comunidad de naciones dispusieron que la entidad señalada presente una propuesta de fondo de recuperación vinculado al Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, el presupuesto del bloque, durante el mes de mayo.
Al inicio de su cuarta cumbre a distancia, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, había advertido un “actuar demasiado tardío” ante las consecuencias del virus, indicaron a la AFP fuentes cercanas.
La crisis derivada del “gran confinamiento”, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), puede acarrear un deterioro de las economías europeas inédito desde la “gran depresión” de los años 30, con una contracción del PIB en la Eurozona que podría llegar al 7,5% en 2020.
Pero con millones de personas aún en sus casas para prevenir los contagios por la pandemia en el continente y amplios sectores de la economía al ralentí, Lagarde advirtió que la recesión en la eurozona podría alcanzar el 15% en el peor escenario y un 9% en el escenario medio, según estas fuentes.
Ante este nefasto escenario, los jefes de Estado y de gobierno aprobaron la creación de este fondo de recuperación y se comprometieron a que un primer paquete de medidas de urgencia de medio billón de euros, ya adoptado, esté en marcha el 1 de junio para sostener los sistemas de salud, empresas y trabajadores.
¿SUBVENCIONES O PRÉSTAMOS?
Pese a las semanas de tensión entre los países del Sur y del Norte y de diferentes propuestas, los dirigentes lograron congregar una unanimidad en torno al fondo de recuperación, pero las divisiones continúan sobre los detalles del mismo.“La situación requiere unidad. El mercado europeo es único. Si no nos recuperamos juntos, nadie podrá prever la reactivación de economías profundamente interconectadas y altamente interdependientes”, advirtió a los 27 el jefe de la Eurocámara, David Sassoli.
Una de las incertidumbres es su monto total. La ministra de relaciones exteriores española, Arancha González Laya, explicó desde Madrid que todavía no hay un acuerdo al respecto, pero que el debate giró en torno a un fondo de entre un billón y un billón y medio de euros.
La manera de otorgar esos fondos aparece en este momento como el principal escollo. Países meridionales como España o Italia defienden la opción de transferencias a fondo perdido para evitar aumentar su ya elevada deuda pública de más del 95% del PIB.
“En el momento que estamos viviendo, estas transferencias deben ser mediante subsidios”, defendió el presidente francés, Emmanuel Macron, cuyo país es junto a España e Italia de los más afectados por la pandemia con más de 20.000 muertos cada uno.
Naciones como Países Bajos, Suecia, Austria o Dinamarca, que acusan a sus socios del Sur de querer cargar sobre sus hombros la deuda pasada, abogan por reembolsos. El plan “será más bien un instrumento de préstamo”, según el primer ministro neerlandés, Mark Rutte.
Estos países, así como Alemania, ya frenaron la idea de nueve naciones, entre ellas Italia, Francia y España, de mutualizar deuda a través de la creación de coronabonos, un rechazo que reiteró este jueves la canciller alemana, Angela Merkel.
Pragmática, la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en rueda de prensa una cierta “apertura general” hacia la idea de “encontrar un equilibrio entre las subvenciones y los préstamos”.
Las discusiones se anuncian complejas, máxime cuando el fondo de recuperación se suma al debate sobre el MFP 2021-2027, cuya negociación en febrero entre mandatarios se saldó con un rotundo fracaso por la división todavía patente sobre la solidaridad.
Bruselas debe buscar el punto de encuentro. Sus primeras pistas, filtradas a la prensa pero que la Comisión negó, apuntan a emitir 320.000 millones de euros en los mercados para financiar el plan y aumentar el techo de gasto de los recursos propios del MFP.
La propuesta definitiva se espera para los primeros días de mayo, y la “segunda o tercera semana” según Von der Leyen, de cara a su negociación a lo largo de 2020 y su entrada en vigor, en caso de acuerdo, a principios de 2021.