Los manifestantes provenientes de provincias del sur andino, algunos armados con palos y fuetes, comenzaron su avance la noche del domingo a pie y en camionetas para reprocharle al Ejecutivo la eliminación de los subsidios a los hidrocarburos y el consecuente aumento de tarifas que estos tuvieron y que supera el 120%.
En la población de Machachi, a 35 km de Quito, militares y policías intentaron dispersar la marcha con bombas de gas lacrimógeno. Sobre la vía también pueden verse barricadas y neumáticos encendidos, según constataron periodistas de la AFP.
“Estaremos llegando más de 20.000 indígenas”, dijo esta jornada en Quito el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), que en el año 2000 protagonizó el derrocamiento del entonces mandatario Jamil Mahuad, cuestionado por su política económica.
El domingo, la organización también declaró un “estado de excepción en todos los territorios indígenas”, lo que implica que “militares y policías que se acerquen a esos territorios serán retenidos y sometidos a la justicia indígena (reconocida por la Constitución)”, señaló.
Varias decenas de militares, que desde el jueves fueron movilizados para restablecer el orden, están retenidos en comunidades del interior, según dirigentes indígenas.
Líderes indicaron que otros grupos de indígenas también se desplazan desde el norte del país para protagonizar una gran movilización este miércoles junto a los sindicatos.
En 16 de las 24 provincias ecuatorianas había bloqueo de vías, según un reporte del Servicio Integrado de Seguridad ECU 911.
Las protestas dejan hasta el momento un civil muerto, 73 heridos (incluidos 59 uniformados) y 477 detenidos, de acuerdo con autoridades.
Diversos sectores sociales rechazan en las calles y carreteras desde el jueves pasado el término de subsidios dispuesto por Moreno en el marco de un acuerdo firmado con el FMI para acceder a préstamos por US$ 4.209 millones.
La medida generó alzas de hasta 123% de los precios de los combustibles más utilizados: el galón de 3,79 litros de diésel pasó de 1,03 a 2,30 dólares y el de gasolina común de 1,85 a 2,40 dólares.
Ante las manifestaciones, en las que participan también estudiantes, trabajadores y opositores, Moreno decretó el estado de excepción, que además de movilizar a las Fuerzas Armadas les da atribuciones para restringir derechos como el de la libre movilidad e imponer la censura previa para la prensa.