Fueron cerca de 80 los manifestantes, quienes con pancartas en manos llegaron a la iglesia y gritaron “obispo encubridor no puede ser pastor”, en relación a las acusaciones de que Barros habría encubierto los abusos sexuales del expárroco de El Bosque, Fernando Karadima.
Como una “una grave falta que ofende a Dios, a la Iglesia y, en particular, al pueblo de Dios que participaba” en la ceremonia, calificó la Conferencia Episcopal de Chile la forma en que un grupo de personas “que manifiestan su pertenencia a la Iglesia” irrumpió en el Te Deum.
La nota episcopal precisa que “todos los fieles tienen derecho a expresar sus posturas e ideas a sus pastores, pero también existen formas y maneras de hacer saber sus puntos de vista”.
Además, añade que en esta ocasión “se ha tratado irrespetuosamente un lugar sagrado en medio de una celebración cuyo único fin es la gloria y alabanza a Dios”.
Al mismo tiempo, el comité permanente manifestó su “cercanía y apoyo a la labor pastoral de nuestro hermano Obispo y pedir al Señor el don de la comunión para todos los miembros de la Iglesia en Osorno”.