Más de 85 mil vehículos funcionan bajo las plataformas de Uber y Cabify, según informaron las empresas, cifra que dobla a la cantidad de taxis vigentes en Santiago. Son 41 mil vehículos que enfrentan esta competencia y que ha motivado distintas movilizaciones en busca que La Moneda tome cartas en el asunto.
La última paralización de taxistas significó bloquear el acceso al Aeropuerto de Santiago, en que incluso terminó con el fallecimiento de un turista brasileño que no pudo recibir la atención médica necesaria ante un infarto.
Las aplicaciones, que los taxistas reclaman que son “ilegales”, son usadas por cerca de 3.7 millones de usuarios activos, que han visto en estos vehículos particulares una alternativa en 20 ciudades del país.
“Los números pueden aguantar mucho y no tenemos cómo comprobar lo que dicen. Ellos siguen siendo ilegales y si dicen que son el doble ¿quién verifica eso?”, dice Héctor Reveco, parte de la directiva nacional de Confenatach, quien agrega que estas aplicaciones “genera conflicto porque ellos como empresas no pierden, son los chóferes lo que lo hacen. Tenemos testimonios de algunos de ellos que lo dicen”.
“Tenemos muchos taxistas que se han ido a Uber y que han vuelto con la cola entre las piernas, al principio es todo bonito, pero no es así y vuelven al taxi. Ellos hacen y deshacen con sus tarifas porque no están regulados, pero muchos usuarios se han dado cuenta que al principio le dan sus ventajas, pero después le aumentan sus tarifas”.
La última paralización de taxistas significó bloquear el acceso al Aeropuerto de Santiago, en que incluso terminó con el fallecimiento de un turista brasileño que no pudo recibir la atención médica necesaria ante un infarto.
Las aplicaciones, que los taxistas reclaman que son “ilegales”, son usadas por cerca de 3.7 millones de usuarios activos, que han visto en estos vehículos particulares una alternativa en 20 ciudades del país.
“Los únicos que pierden son los chóferes”
Sin embargo, desde la Confederación Nacional de Taxis de Chile (Confenatach) desdramatizan los datos y ponen en duda su legitimidad, al ser datos entregados directamente por las empresas y sin fiscalización estatal.“Los números pueden aguantar mucho y no tenemos cómo comprobar lo que dicen. Ellos siguen siendo ilegales y si dicen que son el doble ¿quién verifica eso?”, dice Héctor Reveco, parte de la directiva nacional de Confenatach, quien agrega que estas aplicaciones “genera conflicto porque ellos como empresas no pierden, son los chóferes lo que lo hacen. Tenemos testimonios de algunos de ellos que lo dicen”.
“Tenemos muchos taxistas que se han ido a Uber y que han vuelto con la cola entre las piernas, al principio es todo bonito, pero no es así y vuelven al taxi. Ellos hacen y deshacen con sus tarifas porque no están regulados, pero muchos usuarios se han dado cuenta que al principio le dan sus ventajas, pero después le aumentan sus tarifas”.