El Tribunal Oral Penal de Santiago sentenció al ciudadano peruano Modesto Gamboa Fabián (57) a 20 años de cárcel por la violación y abuso sexual de una menor, delitos cometidos de manera reiterada por el condenado que se aprovechaba de la confianza y cercanía que la familia de la víctima había depositado en él.
En el desarrollo del juicio, la persecutora de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, Tatiana Meneses, logró acreditar los delitos cometidos en distintos días a partir de diciembre de 2008 y hasta el año 2011, en domicilios ubicados en las comunas de Estación Central y Maipú.
En estos lugares, Modesto Gamboa Fabián realizó de manera reiterada actos de significación sexual y de relevancia en diferentes partes del cuerpo de la víctima nacida el año 1999. Desde que la menor cumplió los 13 años, el acusado continuó con las agresiones sexuales, siendo la última ocasión en enero de 2016.
El imputado amenazaba a la víctima diciéndole que si contaba a alguien lo que hacía, dañaría a su familia, los dejaría de ayudar económicamente y morirían de hambre.
En su fallo, el tribunal expuso que en contra del acusado se acogió la agravante de abuso de confianza que invocó la Fiscalía Centro Norte, dado que aumentó el daño en la víctima, que además “debió sortear sentimientos de traición de una figura que ella y su familia identificaban como protectora”.
De este modo el acusado deberá cumplir la pena de 20 años de cárcel por los delitos de abuso sexual y violación y cumplir también la pena accesoria de quedar sujeto a la vigilancia de la autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la sentencia.
En el desarrollo del juicio, la persecutora de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, Tatiana Meneses, logró acreditar los delitos cometidos en distintos días a partir de diciembre de 2008 y hasta el año 2011, en domicilios ubicados en las comunas de Estación Central y Maipú.
En estos lugares, Modesto Gamboa Fabián realizó de manera reiterada actos de significación sexual y de relevancia en diferentes partes del cuerpo de la víctima nacida el año 1999. Desde que la menor cumplió los 13 años, el acusado continuó con las agresiones sexuales, siendo la última ocasión en enero de 2016.
El imputado amenazaba a la víctima diciéndole que si contaba a alguien lo que hacía, dañaría a su familia, los dejaría de ayudar económicamente y morirían de hambre.
En su fallo, el tribunal expuso que en contra del acusado se acogió la agravante de abuso de confianza que invocó la Fiscalía Centro Norte, dado que aumentó el daño en la víctima, que además “debió sortear sentimientos de traición de una figura que ella y su familia identificaban como protectora”.
De este modo el acusado deberá cumplir la pena de 20 años de cárcel por los delitos de abuso sexual y violación y cumplir también la pena accesoria de quedar sujeto a la vigilancia de la autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la sentencia.
