El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pone a prueba este domingo la maquinaria del chavismo en un simulacro de los cuestionados comicios del próximo 20 de mayo, en los que buscará la reelección.
“Que nadie se confíe y crea que ya ganamos. Claro que tenemos la fuerza para ganar y vamos a ganar, pero tenemos que afinar nuestra maquinaria para garantizar los votos”, expresó el gobernante llamando a sus partidarios a participar en el ensayo organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El organismo a cargo del proceso eleccionario, acusado por la oposición de servir al mandatario socialista, habilitó 500 centros de votación en todo el país para este simulacro que estarán custodiados por militares.
Para el día de la elección habrá 14.500 centros habilitados para que concurran 20,5 millones del total de 30 millones de venezolanos.
Las denominadas “Unidades de Batalla Bolívar-Chávez” (UBCH), organizaciones comunales encargadas de movilizar votantes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), son los ejes de la maquinaria oficialista.
Las UBCH, que comenzaron a funcionar bajo otra denominación durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), tienen en sus áreas de influencia listados de personas para ser trasladadas a los puntos de votación.
El principal rival de Maduro en los comicios es Henri Falcón, quien se postuló rompiendo un boicot de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La MUD se negó a presentar candidatos y llama a la abstención en unas elecciones que denuncia como un “show fraudulento”. Los comicios son desconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina.
La alianza opositora pidió a Falcón retirarse de la contienda, pero el aspirante rechaza de plano esa posibilidad.
Pese a los cuestionamientos, Maduro vaticina que la participación en las votaciones batirá “récords” y trazó como meta ganar con 10 millones de votos.
El mandatario, de gira nacional, ha multiplicado sus apariciones en televisión y promete “premiar” a las personas que voten y posean el “Carnet de la Patria”, documento para acceder a planes sociales que es calificado por la oposición como un “mecanismo de control social”.
“Que nadie se confíe y crea que ya ganamos. Claro que tenemos la fuerza para ganar y vamos a ganar, pero tenemos que afinar nuestra maquinaria para garantizar los votos”, expresó el gobernante llamando a sus partidarios a participar en el ensayo organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El organismo a cargo del proceso eleccionario, acusado por la oposición de servir al mandatario socialista, habilitó 500 centros de votación en todo el país para este simulacro que estarán custodiados por militares.
Para el día de la elección habrá 14.500 centros habilitados para que concurran 20,5 millones del total de 30 millones de venezolanos.
Las denominadas “Unidades de Batalla Bolívar-Chávez” (UBCH), organizaciones comunales encargadas de movilizar votantes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), son los ejes de la maquinaria oficialista.
Las UBCH, que comenzaron a funcionar bajo otra denominación durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), tienen en sus áreas de influencia listados de personas para ser trasladadas a los puntos de votación.
El principal rival de Maduro en los comicios es Henri Falcón, quien se postuló rompiendo un boicot de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
La MUD se negó a presentar candidatos y llama a la abstención en unas elecciones que denuncia como un “show fraudulento”. Los comicios son desconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina.
La alianza opositora pidió a Falcón retirarse de la contienda, pero el aspirante rechaza de plano esa posibilidad.
Pese a los cuestionamientos, Maduro vaticina que la participación en las votaciones batirá “récords” y trazó como meta ganar con 10 millones de votos.
El mandatario, de gira nacional, ha multiplicado sus apariciones en televisión y promete “premiar” a las personas que voten y posean el “Carnet de la Patria”, documento para acceder a planes sociales que es calificado por la oposición como un “mecanismo de control social”.
