Con especiales medidas de seguridad y la participación activa de la comunidad perteneciente a la etnia atacameña, finalizó el traslado de más de 12 mil cajas con la valiosa colección del Museo Arqueológico Gustavo Le Paige, de la Universidad Católica del Norte (UCN), que permanecerán en un edificio transitorio especialmente habilitado mientras se construye un nuevo y moderno edificio en San Pedro de Atacama (II Región).
Luego de 18 meses de una labor que implicó múltiples desafíos técnicos, las piezas patrimoniales -que contienen el testimonio y legado de los grupos humanos que habitaron extensas zonas del norte de Chile prehispánico- fueron ubicadas a casi 1 kilómetro de distancia del antiguo inmueble.
El complejo proceso incluyó el traslado de la colección de oro obtenida del sitio Larache, cuyo titular es el Museo de Historia Natural. En un operativo policial y con los embalajes adecuados, las piezas fueron trasladadas hasta la bóveda de un banco en Antofagasta, y contó con la custodia de la Brigada Investigadora de Delitos del Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI.
Otro aspecto inédito en este tipo de procesos fue el cuidado y respeto con que tuvo lugar el traslado de los cuerpos momificados que resguarda el museo. Este proceso incluyó en su cierre una ceremonia realizada por miembros de la comunidad en memoria de sus antepasados, a quienes se refieren con cariño como “los abuelos”.
El director del museo e investigador UCN, Manuel Arturo Torres, destacó el aporte de miembros de las comunidades contratados por la empresa consultora, y de los funcionarios del museo. De igual modo, reconoció la preocupación y participación del Consejo de Pueblos Atacameños, quienes en calidad de observadores y a través de una comisión del patrimonio creada para dar seguimiento a este proyecto, ofrecieron su contribución.
El contenido de la colección también incluye cerámicas, maderas, textiles, metales, cestería, piezas líticas y material malacológico y etnográfico, entre otros objetos. “El proceso implicó un desafío no menor, dadas las características de esta colección, su naturaleza y estado de conservación, tratándose de piezas únicas que debieron protegerse con soluciones diversas e individuales”, resaltó el especialista.
AUTOR: Patricio Gutiérrez Villagrán
FUENTE: La Nación