La Comunidad Judía en Chile emitió una declaración este viernes para referirse a la eliminación de convenios con universidades israelíes por parte de la Universidad de Santiago (Usach).

La universidad explicó que “tal como acordamos con las autoridades institucionales y nuestro estudiantado, hemos enviado la comunicación oficial de suspensión de los dos convenios vigentes que nuestra Casa de Estudios mantenía con la Universidad de Haifa y Technion-Israel Institute of Technology”.

En el comunicado la Comunidad Judía señala que “con preocupación vemos la reciente decisión de la Universidad de Santiago de Chile de cortar relaciones con universidades israelíes”.

Añade que “es una evidente contradicción, sobre todo tratándose de un establecimiento público con financiamiento del Estado, sostener simultáneamente la pluralidad y la diversidad como valor intrínseco a la idea de una casa de estudios y simultáneamente señalar que se pone fin a convenios con universidades israelíes. Es también una absoluta incoherencia que luego de cortar relaciones, se señale que se le pedirá a dichos establecimientos que informen sobre su postura en el conflicto”.

En la declaración se agrega que “desde ya, debe saber la Universidad de Santiago que las universidades israelíes gozan de absoluta independencia, libertad y pluralismo para alumnos y académicos, quienes pueden manifestarse en todo sentido tanto respecto de la guerra como de cualquier otro tema. Existe también igualdad de derechos, cualquiera sea la religión u origen de sus integrantes. De hecho, la Rectora de la Universidad de Haifa con la que se ha terminado unilateralmente los convenios, es árabe, Mona Maroun especialista en neurociencia y estrés post traumático. De la misma manera, en Technion -la otra institución con quien han cortado relaciones- cuenta en su Directorio y cargos de diversa índole a numerosos árabes. De tal manera que esta decisión se basa en una desinformación enorme”.

“Esta medida que atenta contra la posibilidad de intercambiar opiniones e ideas y ser un aporte para la solución del conflicto, es también reflejo de una universidad intolerante y discriminatoria”, acotan.

La Comunidad Judía plantea que “resulta fundamental que todos los estudiantes se sientan seguros y acogidos, sin importar su credo o postura política. La diversidad de pensamientos y creencias es lo que enriquece el ambiente universitario y fomenta un aprendizaje integral y respetuoso. Es por ello que nos preocupa enormemente la destemplada decisión”.

“La colaboración internacional es crucial para el desarrollo y el avance del conocimiento. Las universidades israelíes, reconocidas mundialmente por su excelencia académica y sus innovaciones, han contribuido significativamente en campos tan diversos como la tecnología, la medicina y las ciencias sociales. Romper lazos con estas instituciones empobrece la oferta educativa y renovarlos será muy difícil”, indica.

Se concluye que “la historia ha demostrado que el intercambio académico y la colaboración internacional son herramientas poderosas para el entendimiento mutuo y la paz. Los centros educativos deben ser baluartes del conocimiento, la investigación y el diálogo abierto. La esencia misma de la academia radica en su capacidad de servir como un espacio neutral donde las ideas pueden ser discutidas y debatidas libremente, sin temor a represalias o prejuicios”.