“Este proceso que no tiene precedente en ningún país del mundo, marca también una manera de abordar las cuestiones fundamentales de la relación del Estado de Chile con nuestros pueblos indígenas”, señaló este lunes la Presidenta Michelle Bachelet al inaugurar el Encuentro Nacional del Proceso de Consulta Constituyente para el Reconocimiento Constitucional y la Participación Política de los Pueblos Indígenas.
La instancia que se desarrollará entre el 16 y el 19 de octubre en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tiene por objetivo discutir los consensos a los que llegó la consulta indígena realizada entre agosto y diciembre de 2016 desde Visviri a Puerto Williams, de la que salieron las bases de los derechos y reconocimientos que debe incluir la futura Carta Fundamental en materia de pueblos originarios.
Dentro de los temas que abordarán los participantes en esta etapa que cierra el proceso de consulta indígena, según exige el Convenio 169 de la OIT, y que emanará el texto que se incorporará al proyecto de ley que enviará el Ejecutivo en los próximos meses al Parlamento y que fue confeccionado con las opiniones que los ciudadanos dieron en el marco del Proceso Constituyente de 2016, se cuentan el reconocimiento de los pueblos, su participación a nivel parlamentario, sus lenguas, símbolos, autonomía.
“Con lo que hoy hacemos en esta etapa de consulta indígena, ciertamente que procuramos cumplir con nuestras obligaciones como Estado, pero lo que hay detrás es más gravitante que el sólo cumplimiento de la ley (…). Un modo centrado en el diálogo y la política y eso es lo que sustenta lo que se ha hecho y el espíritu que nos anima para seguir avanzando en los temas sobre los cuales hay acuerdos robustos”, señaló la Mandataria en su alocución.
Añadió que el resultado de esta fase que se incorporará al nuevo texto constitucional que se discutirá en el Congreso, sumado a las iniciativas Consejos de los Pueblos Indígenas, Ministerio de los Pueblos Indígenas, Plan Araucanía, entre otras, conforman un marco que garantizará la inclusión y respeto de éstos en la sociedad del país.
“Chile necesita que su Constitución de cuenta de las transformaciones que como sociedad hemos vivido, de una ciudadanía que espera respuestas de su sistema político, pero que también reclama ser protagonista en la identificación de los caminos que como país tenemos que seguir. Una Constitución que luego de un cuarto de siglo de consolidación de nuestra democracia permita proyectar los próximos 25 años en su profundización”, subrayó la Jefa de Estado.
“Hoy día no tenemos una Constitución con senadores designados ni vitalicios, ni vivimos ya el cerco del sistema binominal, pero sabemos que todo eso no es suficiente. Una Constitución que recela del Estado y de la sociedad civil como actores fundamentales en nuestra relación socioeconómica, la ampliación de derechos y libertades del siglo XXI, entre otros de los pueblos originarios, necesita claramente una renovación profunda”, concluyó.
La instancia que se desarrollará entre el 16 y el 19 de octubre en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), tiene por objetivo discutir los consensos a los que llegó la consulta indígena realizada entre agosto y diciembre de 2016 desde Visviri a Puerto Williams, de la que salieron las bases de los derechos y reconocimientos que debe incluir la futura Carta Fundamental en materia de pueblos originarios.
Dentro de los temas que abordarán los participantes en esta etapa que cierra el proceso de consulta indígena, según exige el Convenio 169 de la OIT, y que emanará el texto que se incorporará al proyecto de ley que enviará el Ejecutivo en los próximos meses al Parlamento y que fue confeccionado con las opiniones que los ciudadanos dieron en el marco del Proceso Constituyente de 2016, se cuentan el reconocimiento de los pueblos, su participación a nivel parlamentario, sus lenguas, símbolos, autonomía.
“Con lo que hoy hacemos en esta etapa de consulta indígena, ciertamente que procuramos cumplir con nuestras obligaciones como Estado, pero lo que hay detrás es más gravitante que el sólo cumplimiento de la ley (…). Un modo centrado en el diálogo y la política y eso es lo que sustenta lo que se ha hecho y el espíritu que nos anima para seguir avanzando en los temas sobre los cuales hay acuerdos robustos”, señaló la Mandataria en su alocución.
Añadió que el resultado de esta fase que se incorporará al nuevo texto constitucional que se discutirá en el Congreso, sumado a las iniciativas Consejos de los Pueblos Indígenas, Ministerio de los Pueblos Indígenas, Plan Araucanía, entre otras, conforman un marco que garantizará la inclusión y respeto de éstos en la sociedad del país.
“Chile necesita que su Constitución de cuenta de las transformaciones que como sociedad hemos vivido, de una ciudadanía que espera respuestas de su sistema político, pero que también reclama ser protagonista en la identificación de los caminos que como país tenemos que seguir. Una Constitución que luego de un cuarto de siglo de consolidación de nuestra democracia permita proyectar los próximos 25 años en su profundización”, subrayó la Jefa de Estado.
“Hoy día no tenemos una Constitución con senadores designados ni vitalicios, ni vivimos ya el cerco del sistema binominal, pero sabemos que todo eso no es suficiente. Una Constitución que recela del Estado y de la sociedad civil como actores fundamentales en nuestra relación socioeconómica, la ampliación de derechos y libertades del siglo XXI, entre otros de los pueblos originarios, necesita claramente una renovación profunda”, concluyó.