No podía faltar el condimento extra para el partido más importante del fútbol chileno. Hace un par de semanas, el Superclásico a disputarse este domingo en el Estadio Nacional encontraba el mayor morbo en ver si definitivamente la Universidad de Chile podría derrotar a Colo-Colo luego de cinco años de intentos infructuosos.
Pero faltaba algo más y se le entregó con el terremoto interno que vive el cuadro de Macul.
Complicado en Copa Libertadores de América, el piso se empezó a mover con la vergonzosa derrota ante Delfín de Ecuador en el Estadio Monumental y, luego, la (arrepentida) renuncia de Pablo Guede el día viernes.
La guinda de la torta no sólo vino con el mazazo que significó perder con San Luis de Quillota en el sintético del Lucio Fariña, sino que también con la filtración del incómodo momento que vive en el camarín Julio Barroso, hasta hace poco un imprescindible en la defensa alba y hoy peleado a muerte con su director técnico y distanciado de referentes como Esteban Paredes, Jorge Valdivia, Agustín Orión y Juan Manuel Insaurralde.
En la U no se confían y saben que, aunque suene cliché, los clásicos son partidos diferentes. Además, ya les ha pasado que han perdido a pesar de que el eterno rival no llega en su mejor momento. Por lo mismo, desde la gerencia deportiva le piden a Ángel Guillermo Hoyos un triunfo, jugando como sea. Esta vez, a algunos, la forma importa poco.
Para el técnico argentino también es importante el partido, pero mira de reojo el encuentro ante Cruzeiro a mitad de semana. Eso sí, quiere esperar hasta cuando pueda a Mauricio Pinilla, un jugador importante en el esquema del cordobés tanto en ataque como a la hora de defender pelotas detenidas. La máxima de Hoyos y su equipo es repetir lo que hizo el conjunto azul en Sao Januario ante Vasco da Gama y lo realizado durante los primeros minutos del duelo ante Racing Club.
Por otro lado, en el “Cacique” saben que las consecuencias posteriores al partido serán, pase lo que pase, extremas: Ganando, se limpian las heridas, se descomprime el ambiente y quedará espacio para trabajar en tranquilidad la última parte del semestre; en caso contrario, si son derrotados las especulaciones son varias y la mayoría se centra en la continuidad de Guede.
En los futbolístico, las dudas recaen en si el ex técnico de Palestino jugará con tres o cuatro defensas y sobre la inclusión o no de Barroso. Referentes como Paredes le piden no experimentar como lo hizo el jueves de la semana pasada ante Delfín con Jaime Valdés como carrilero izquierdo y el presidente de Blanco & Negro Aníbal Mosa, tal como en la vereda del frente, le pide que gane a como dé lugar para calmar las aguas.
Al parecer, la forma importa poco para este domingo. Hoyos luchará por acabar con esa mochila de cinco años sin triunfo, mientras que a Guede le urge apaciguar los ánimos en Pedrero, lo que reforzaría su calidad de técnico de clásicos.
*José Tomás Fernández es Periodista de la Universidad Diego Portales e integrante del programa “Cónclave Deportivo” de Radio La Clave.