La investigación, en la cual resalta un completo mapa interactivo de los mares del planeta, busca sustentar las implicancias que una protección de los océanos tendría para resguardar la vida silvestre y mitigar los impactos del cambio climático.
La propuesta se da en el marco de la reunión de esta semana en la ONU, donde los gobiernos del mundo discuten un Tratado Global de los Océanos.
“Como nunca antes las aguas del mar están amenazadas por la pesca intensiva, los plásticos y el cambio climático. Es por esto que necesitamos con urgencia proteger al menos un tercio de nuestros océanos para el 2030. Nuestra investigación demuestra que esto es completamente posible y que este plan preservará la vida marina, ayudándola a enfrentar la crisis que atraviesan los océanos”, afirmó Estefanía González, coordinadora del programa de océanos de Greenpeace Andino.
El estudio, conocido como 30×30, presenta el diseño de una red global de áreas marinas protegidas en aguas internacionales donde se trazó la distribución de especies, incluidas aquellas en peligro de extinción, hábitats críticos para la biodiversidad y ecosistemas únicos para generar una cadena de santuarios oceánicos.
En el informe destaca un mapa interactivo, gracias al cual se pueden explorar diversos escenarios para la protección marina (por ejemplo diferencia entre proteger el 30% o el 50% de los océanos), así como puntos especialmente destacables de vida silvestre y amenazas, como la pesca industrial, la explotación minera de los fondos marinos, plásticos y cambio climático.
Las aguas internacionales abarcan el 70% del espacio vital del planeta, donde alberga una impresionante riqueza de vida marina y ecosistemas, esenciales para la salud de la Tierra.
Las negociaciones en la ONU hacia un Tratado Global del Océano podrían abrir el camino para la protección de los océanos fuera de las fronteras nacionales, que cubren 230 millones de kilómetros cuadrados.
Informe de Greenpeace (en inglés).