El proyecto, llevado a cabo en Japón por un equipo internacional, tomó células de un mamut bien conservado descubierto en 2011 en el permafrost siberiano y las introdujo en decenas de células sexuales de ratones hembra.
Cinco de los ratones tuvieron reacciones biológicas características del inicio de la división celular, explicó a la AFP Kei Miyamoto, un miembro del equipo de la universidad de Kindai, en el oeste de Japón.
Pero ninguna entró en la fase de división que habría sido necesaria para crear un mamut, indicó.
“Esto demuestra que a pesar de los años, una actividad celular todavía puede producirse”, explicó el científico. “Hasta ahora, numerosos estudios se concentran en el ADN fósil y no en el hecho de saber si todavía funciona”, añadió.
Pero los resultados de esta investigación publicados el lunes en la revista Scientific Reports dan pocas esperanzas de ver algún día un nuevo ejemplar de esta especie extinta, advirtió.
“También nos dimos cuenta que los daños sufridos por las células eran muy profundos (…) Ni siquiera vimos división celular y por eso tengo que decir que estamos muy lejos de la reproducción de un mamut”, aseguró.
Esta universidad trabajó junto a otras instituciones japonesas y rusas para estudiar la posible clonación de un mamut y espera poder explorar otros métodos para dar vida al animal prehistórico.
“Necesitamos nuevas tecnologías, queremos intentar varias aproximaciones”, dijo Miyamoto.