El actor germano-austríaco, Christoph Waltz, reconocido por su rol de Hans Landa en “Bastardos sin gloria”, de Quentin Tarantino, en conversación con la revista GQ, habló sobre la pandemia, su vida actual en tiempos de cuarentena y dedicó algunas palabras a grupos negacionistas con la actual crisis sanitaria y que niegan la existencia del Covid-19. 

El actor afirma que quien crea que por usar una mascarilla está sufriendo una restricción de sus derechos básicos, tiene un problema de comprensión.

Estas personas suponen que obtendrán alguna clase de beneficio personal negando lo que para todos es obvio. En este sentido pone como ejemplo a Donald Trump: “Ese loco presidente de Estados Unidos”, afirmando que fácil destruir algo y cuán “increíblemente difícil es construir ese algo”.

Para Waltz las cosas son bastante sencillas, por ello aconseja: “Pónganse la maldita mascarilla y manténgase a dos metros de mí”. 

Sumado a ello afirma las instituciones han funcionado bien, pero son asediadas “por un grupo de idiotas antisociales”, como califica a quienes se oponen a medidas como el distanciamiento físico y las mascarillas.

Sobre el fin de la pandemia, afirmó que tiene poca fe. “No será algo así como ‘llegó la primavera, nos vacunamos, hurra’. Será más difícil. Y la ola de quiebras está por venir. Va a ser una catástrofe”.

“Me complica el hecho de tener tiempo para reflexionar, para leer y para ordenar mis cosas. Soy tan privilegiado que no puedo hablar de mis supuestas privaciones” por la pandemia, agregó.

También afirmó que cuando oye a celebridades quejándose de “no poder ir a un restaurante ni reunirse con amigos”. A ellos les dice “pues sí, entonces no te reúnas con ellos y ya”.

“Yo pienso en las personas que viven tres en 50 metros cuadrados y perdieron su trabajo. En mi caso, si estoy sano estoy bien. Para otros no es así (…) No es necesario ser marxista para saber cuánto afectan las circunstancias económicas a la vida”, sentencia.