El comportamiento de las personas a través del uso y manejo de sus redes sociales, demuestra las características y personalidades que tienen a la hora de buscar y generar contenido en el mundo virtual. A diferencia de cualquier sistema social en la historia, las redes sociales se han mostrado inclusivas desde sus inicios, en cuanto a lo que a género respecta.
A partir de esto, el estudio ‘Connected Life’ de Kantar TNS, nos muestra que la gran mayoría de las chilenas (91%) pasa en promedio 2,4 horas diarias conectadas a sus smartphones, lo que posiciona a este canal de información como uno de los principales en cuanto a generación y recepción de información.
En este sentido, vemos que hoy el mundo femenino posee una fuerte presencia en redes sociales, lo cual también entrega una mayor capacidad de decisión a la hora de, por ejemplo, realizar compras y ventas en el mundo virtual, de entregar opiniones, de informarse, y de gestionar diversas tareas.
En Chile, el 52% de la población total del país son mujeres según la estimación del último Censo Nacional. Por lo mismo es que se ha vuelto tan interesante evaluar el comportamiento digital que éstas tienen, tanto para las empresas como para los diferentes centros de estudios sociales.
De acuerdo a la segmentación que realiza Connected Life, un 36% de las chilenas corresponde a un grupo de personas denominadas “funcionales”. Su principal característica es usar internet casi exclusivamente para lo que realmente es necesario, están menos involucradas en las redes sociales, y comparten poco de sus vidas en ellas.
Por otro lado, el estudio encuentra un gran segundo grupo de mujeres, con un 32%, a las cuales denomina “líderes”. Prácticamente un tercio de las chilenas utilizan internet y las redes sociales como canales de comunicación para expresar sus ideas, pero principalmente, las usan para influir a otros.
Hoy en día, los diferentes mercados a nivel mundial ven en la mujer chilena un desafío especial para la venta de sus productos y servicios debido a su personalidad independiente y funcional; y es por esto que debemos conocer sus reales necesidades tanto para la creación de nuevos formatos de venta como en la forma en que ofrecemos los productos a un público objetivo que hoy es más exigente y crítico que en años anteriores.
A partir de esto, el estudio ‘Connected Life’ de Kantar TNS, nos muestra que la gran mayoría de las chilenas (91%) pasa en promedio 2,4 horas diarias conectadas a sus smartphones, lo que posiciona a este canal de información como uno de los principales en cuanto a generación y recepción de información.
En este sentido, vemos que hoy el mundo femenino posee una fuerte presencia en redes sociales, lo cual también entrega una mayor capacidad de decisión a la hora de, por ejemplo, realizar compras y ventas en el mundo virtual, de entregar opiniones, de informarse, y de gestionar diversas tareas.
En Chile, el 52% de la población total del país son mujeres según la estimación del último Censo Nacional. Por lo mismo es que se ha vuelto tan interesante evaluar el comportamiento digital que éstas tienen, tanto para las empresas como para los diferentes centros de estudios sociales.
De acuerdo a la segmentación que realiza Connected Life, un 36% de las chilenas corresponde a un grupo de personas denominadas “funcionales”. Su principal característica es usar internet casi exclusivamente para lo que realmente es necesario, están menos involucradas en las redes sociales, y comparten poco de sus vidas en ellas.
Por otro lado, el estudio encuentra un gran segundo grupo de mujeres, con un 32%, a las cuales denomina “líderes”. Prácticamente un tercio de las chilenas utilizan internet y las redes sociales como canales de comunicación para expresar sus ideas, pero principalmente, las usan para influir a otros.
Hoy en día, los diferentes mercados a nivel mundial ven en la mujer chilena un desafío especial para la venta de sus productos y servicios debido a su personalidad independiente y funcional; y es por esto que debemos conocer sus reales necesidades tanto para la creación de nuevos formatos de venta como en la forma en que ofrecemos los productos a un público objetivo que hoy es más exigente y crítico que en años anteriores.
