Cuando al joven Erik Mora Tripainao le llegó un correo informándole que debía participar del Censo 2017 por ser funcionario público (trabaja en la Superintendencia de Electricidad y Combustible), lo tomó por sorpresa. Y aunque fue su primera vez como censista, reconoce que “fue une muy buena experiencia”.
Destinado a Lampa, Erik llegó a eso de las 7:30 de la mañana de este miércoles al Colegio Santa Sara. “Ahí nos asignaron a nuestro encargado que nos pasó una carpeta donde venía el formulario, los tickets, las credenciales y todo el equipo”, cuenta a La Nación.
“Después nos entregaron el mapa del recorrido y salimos como a las 9:30 de la mañana. A mí me tocaron 17 casas”, prosigue.
El sector que tuvo que cubrir el joven fue “complicado”, confiesa. Esto porque “son parcelas y no tienen asignaciones de números y solamente las encontramos por descripción”.
Sin embargo “después de encontrar la primera casa, las otras se me hicieron un poco más fáciles porque están en línea, aunque igual tuve que caminar harto porque había harto cerro”, dice.
Por eso es que Erik cree que “fue una muy buena experiencia, porque uno conversa con gente de distintas personalidades. Hay gente que quiere hablar más, también gente que te deja afuera, pero ha sido todo nuevo y muy diverso”.
“Lo bueno es que acá los vecinos tienen un grupo de WhatsApp común y se informaron entre ellos que andábamos pasando. Pero de no ser así, cuesta porque a veces no escuchan los llamados”, aseguró.
Además, los perros fueron otro problema con el que tuvieron que lidiar los censistas de Lampa. Según relata el funcionario público, “había que andar con mucho cuidado, de hecho a una compañera la mordió un perro”.
“Tuvieron que limpiarle la herida para poder seguir”, afirma.
“Estuvimos en contacto por teléfono y de manera presencial, porque nosotros debemos informarle cómo íbamos, si teníamos alguna pregunta y nos ayudaba si había que arreglar algo”, explica.
Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas hace unos días, la meta de los más de 580 mil censistas fue superada para la jornada de este miércoles que incluso tuvo a la Presidenta Michelle Bachelet y otras autoridades en labores censales.
Destinado a Lampa, Erik llegó a eso de las 7:30 de la mañana de este miércoles al Colegio Santa Sara. “Ahí nos asignaron a nuestro encargado que nos pasó una carpeta donde venía el formulario, los tickets, las credenciales y todo el equipo”, cuenta a La Nación.
“Después nos entregaron el mapa del recorrido y salimos como a las 9:30 de la mañana. A mí me tocaron 17 casas”, prosigue.
El sector que tuvo que cubrir el joven fue “complicado”, confiesa. Esto porque “son parcelas y no tienen asignaciones de números y solamente las encontramos por descripción”.
Sin embargo “después de encontrar la primera casa, las otras se me hicieron un poco más fáciles porque están en línea, aunque igual tuve que caminar harto porque había harto cerro”, dice.
“LA GENTE NOS RECIBIÓ BIEN”
Si por un lado el sector fue de difícil acceso, la recepción de los censados hizo que el trabajo fuera más cómodo. “La gente me recibió bien. La mayoría estaba atenta a nosotros, nos atendieron bien, nos respondieron las preguntas, ofrecieron algo para comer, me dieron jugo para llevar. En general la gente ha estado bien receptiva”, expresa.Por eso es que Erik cree que “fue una muy buena experiencia, porque uno conversa con gente de distintas personalidades. Hay gente que quiere hablar más, también gente que te deja afuera, pero ha sido todo nuevo y muy diverso”.
“A UNA COMPAÑERA LA MORDIÓ UN PERRO”
Dentro de las dificultades que encontró el joven, además del sector alejado, fueron las grandes parcelas que hacía complicado “que nos escucharan en las casas cuando llamábamos”.“Lo bueno es que acá los vecinos tienen un grupo de WhatsApp común y se informaron entre ellos que andábamos pasando. Pero de no ser así, cuesta porque a veces no escuchan los llamados”, aseguró.
Además, los perros fueron otro problema con el que tuvieron que lidiar los censistas de Lampa. Según relata el funcionario público, “había que andar con mucho cuidado, de hecho a una compañera la mordió un perro”.
“Tuvieron que limpiarle la herida para poder seguir”, afirma.
LA COMUNICACIÓN CON EL SUPERVISOR
Finalmente el joven explicó que con su supervisor tuvieron una buena comunicación durante la jornada censal.“Estuvimos en contacto por teléfono y de manera presencial, porque nosotros debemos informarle cómo íbamos, si teníamos alguna pregunta y nos ayudaba si había que arreglar algo”, explica.
Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas hace unos días, la meta de los más de 580 mil censistas fue superada para la jornada de este miércoles que incluso tuvo a la Presidenta Michelle Bachelet y otras autoridades en labores censales.