El chileno sospechoso de la desaparición y posible asesinato de una estudiante japonesa en diciembre en Francia, ratificó que estuvo con ella el día en que desapareció pero negó estar implicado en su posible crimen.
En su declaración voluntaria ante la PDI -a la que tuvo acceso la AFP-, Nicolás Zepeda Contreras, de 26 años, relató en detalle lo que fue su última cita con la estudiante japonesa Narumi Kurosaki, quien desapareció de su residencia universitaria en Besançon, Francia, presumiblemente tras ese encuentro. Aunque su cuerpo aún no ha sido localizado, la policía y la justicia francesa están convencidas de que fue asesinada.
“Nos encontramos el día domingo 4 de diciembre por la tarde una vez que ella había llegado a su domicilio. Sorprendida y llorando nos abrazamos y le conté cuál era la razón de mi visita a Europa“, relata el joven chileno, quien el martes acudió a la Corte Suprema en el marco de un pedido de extradición de la justicia francesa.
Después de ese encuentro, fueron a comer a un restaurante de Ornans y luego -por petición de Narumi- regresaron a su dormitorio “para intimar”.
“En esa oportunidad, Narumi se mostró muy receptiva y compenetrada en el acto, y prueba de ello, fueron los gemidos que vociferó. Terminado el acto, Narumi se mostró muy culpable. Me contó que tenía una relación. Tuvo una crisis de pánico, pues vio que había sido infiel en su relación actual”, dice Zepeda en su relación judicial, agregando que luego ella le pidió que se retirara.
Al salir del campus universitario, Zepeda narró que se le resbaló el celular, y que por buscarlo, terminó saliendo por una salida de emergencia en vez de ocupar el lugar habitual al interior del campus.
“Pensativo, caminé hacia el centro esperando que Narumi me contactara, cuestión que no sucedió más”, finaliza su relato el joven chileno.
El caso, con elementos dignos de una película de terror, ha generado un gran impacto tanto en Francia como en Japón.
Vista por última vez el 4 de diciembre, Kurosaki -de 21 años- comenzó a ser buscada por sus amigos y familiares luego de días sin poder tener contacto con ella y, aunque su cuerpo aún no ha aparecido, todos los indicios apuntan a un asesinato.
Varios estudiantes que vivían en el mismo piso de su residencia universitaria dijeron que escucharon gritos, el llanto de una mujer y golpes en las puertas la noche del 4 de diciembre.
AUTOR: Ricardo Pérez V.
FUENTE: AFP