“Muchas gracias por manifestar abiertamente la inquietud que en estos momentos tienen respecto al nombramiento de Mons. Juan Barros Madrid (…) Comprendo lo que me dicen y soy consciente de que la situación de la Iglesia de Chile es difícil, debido a todas las pruebas que han tenido que soportar”, escribió el Papa.
Con esto, el Sumo Pontífice informó a los miembros del comité que el nuncio Ivo Scapolo -representante del Vaticano en Chile- había planeado pedir el año anterior la renuncia a Barros, quien se desempeñaba entonces como capellán en el ejército. Scapolo también “lo exhorta a tomar un periodo sabático (un año, por ejemplo) antes de asumir otra responsabilidad pastoral como Obispo diocesano”, agregó.
Jorge Bergoglio agregó que el nuncio tenía pensada una estrategia similar para otros dos obispos. Sin embargo, todo se frustró cuando Scapolo habló sobre el plan con Barros. “Como ustedes podrán comprender, este comentario del Sr. Nuncio complicó y bloqueó todo eventual camino ulterior en el sentido de ofrecer un año sabático”, escribió.
Tras este episodio, finalmente la autoridad católica nombró a Barros obispo de la ciudad de Osorno.
Por su parte, el vocero del Vaticano, Greg Burke, no se refirió a la carta y, tras ser consultado sobre algunas protestas planeadas por algunos fieles de Osorno, dijo que estas personas eran libres de manifestarse.