“Es imitando al Hijo de Dios, que viene a compartir su vida con la nuestra, que contribuiremos a fortalecer la cultura del encuentro, de la acogida empática y de la unidad, que hace de nuestra ciudad y de Chile: Un hogar para todos”, expresó la noche de este domingo el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en la víspera de Navidad.
El día en que los fieles cristianos se preparan para recordar el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, el cardenal entregó un mensaje a los chilenos católicos y “a todos y todas quienes desde diversos países de nuestra América Latina y del mundo, han encontrado en Chile un abrazo de acogida, una sonrisa de bienvenida y una mano tendida”.
“Con su Hijo que se hace pobre y humilde en el pesebre de Belén, Dios nos revela el camino para ser constructores de comunión, de solidaridad y de futuro para todos”, recalcó el presbítero.
Añadió que “es saliendo de nosotros mismos y encaminándonos hacia los demás que podremos ser más y mejores; es abriendo el corazón al que sufre, al que está solo o marginado que podremos experimentar el gozo de la fraternidad”.
Junto con sus palabras Ezzati otorgó la bendición “en especial a los que sufren en los hospitales, en las cárceles, los que viven en viviendas precarias o en la calle y no saben dónde reclinar su cabeza”, como también “a los niños, especialmente aquellos que no tienen un papá y una mamá que los cuide, los ame y los haga crecer”.
Pidió también a Dios que su bendición también “alcance a los pobres y a quienes no tienen esperanza. Jesús, bendiga y fortalezca a quienes cumplen la delicada misión de servir el bien común, en tantos campos de la vida de nuestra Patria”.
“En esta Noche Bendita y, a lo largo de todo el nuevo año, Él enjugue toda lágrima, fortalezca el camino de quienes buscan el bien común y conforte a quienes luchan por la verdad, la vida y la acogida incondicionada de todas las personas”, concluyó.
El día en que los fieles cristianos se preparan para recordar el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, el cardenal entregó un mensaje a los chilenos católicos y “a todos y todas quienes desde diversos países de nuestra América Latina y del mundo, han encontrado en Chile un abrazo de acogida, una sonrisa de bienvenida y una mano tendida”.
“Con su Hijo que se hace pobre y humilde en el pesebre de Belén, Dios nos revela el camino para ser constructores de comunión, de solidaridad y de futuro para todos”, recalcó el presbítero.
Añadió que “es saliendo de nosotros mismos y encaminándonos hacia los demás que podremos ser más y mejores; es abriendo el corazón al que sufre, al que está solo o marginado que podremos experimentar el gozo de la fraternidad”.
Junto con sus palabras Ezzati otorgó la bendición “en especial a los que sufren en los hospitales, en las cárceles, los que viven en viviendas precarias o en la calle y no saben dónde reclinar su cabeza”, como también “a los niños, especialmente aquellos que no tienen un papá y una mamá que los cuide, los ame y los haga crecer”.
Pidió también a Dios que su bendición también “alcance a los pobres y a quienes no tienen esperanza. Jesús, bendiga y fortalezca a quienes cumplen la delicada misión de servir el bien común, en tantos campos de la vida de nuestra Patria”.
“En esta Noche Bendita y, a lo largo de todo el nuevo año, Él enjugue toda lágrima, fortalezca el camino de quienes buscan el bien común y conforte a quienes luchan por la verdad, la vida y la acogida incondicionada de todas las personas”, concluyó.