México se plantó en Las Vegas y Saúl “Canelo” Álvarez cumplió este sábado con los miles de compatriotas que se presentaron en el T-Mobile Arena al convertirse en el nuevo campeón mundial de los pesos medianos por decisión mayoritaria frente al kazajo Gennady Golovkin.
Álvarez dominó la pelea en los primeros asaltos y logró contener a su oponente en la segunda parte del combate para hacerse con el triunfo a los puntos con tarjetas de 115-113, 115-113 y 114-114 para llevarse a su país los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
“No fue fácil, pero trabajamos para ganar. Queríamos el nocaut y no llegó, pero al menos cumplimos con el objetivo. Tenía un rival muy fuerte enfrente y eso también cuenta. Esta es una victoria importante para mi país. Es increíble para mi historia también”, señaló el vencedor sobre el ring ante la prensa.
“Yo no soy cualquier rival, soy un peleador de élite y esta noche lo demostré. Si la gente quiere una tercera pelea, la tendrán”, advirtió tras acabar con las 20 defensas de sus títulos de su contrincante, que se quedó con las mismas que la leyenda estadounidense Bernard Hopkins.
Era el combate de la temporada, todos lo sabían y nadie se la quiso perder: ni leyendas del básquetbol como LeBron James o Scottie Pippen; actores consagrados como Will Smith o Denzel Washington, ni exboxeadores míticos como Mike Tyson, Juan Manuel Márquez y Julio César Chávez.
“Pienso que fue una muy buena pelea para los aficionados, muy emocionante. Creo que peleé yo mejor”, comentó Golovkin tras recibir ocho puntos de sutura en una brecha de cinco centímetros en su ojo derecho.
“No puedo quejarme por la decisión, pero estuvo suficientemente parejo como para garantizar una tercera pelea. Canelo peleó muy bien, felicidades”, señaló a su vez el técnico de Golovkin, Abel Sánchez.
Calles teñidas de verde, blanco y rojo, esperando ver cómo su ídolo se coronaba en la mayor pelea posible. Ante el mejor rival imaginable. Así, entre colores, banderas y rancheras, sonó la icónica “Tragos Amargos”, de Ramón Ayala y sus Bravos del Norte, para júbilo de los presentes, que se desgañitaron con la canción.
Canelo entró a continuación con “México lindo y querido” y el estadio se vino abajo. El azteca había dicho antes de la pelea que iba a noquear a Golovkin luego de semanas de intercambios dialécticos. Y salió a ello desde el comienzo, conectando varias combinaciones poderosas que el kazajo apenas pudo neutralizar.
Con el paso de los asaltos, la batalla se fue nivelando. Álvarez aguardaba rezagado en busca de contraataques mientras Golovkin dominaba con su jab y arriesgaba, sabiendo que necesitaba ser superior a su rival al final si quería llevarse el triunfo.
Así, al kazajo le pasó factura una serie de golpes sobre su cuerpo en el octavo, pero hizo sufrir al mexicano en el undécimo asalto, abriéndole una aparatosa brecha que sangraba desde el tercero.
Pero Canelo ya había hecho los deberes anteriormente e incluso a hirió a “GGG” en el asalto definitivo, sumando pocos segundos después el triunfo más importante de su carrera delante de casi 22.000 personas.
Entonces las tarjetas fueron de 118-110 para el mexicano, 115-113 para el kazajo y 114-114.
La segunda pelea, prevista inicialmente para el 5 de mayo, tuvo que suspenderse por dos positivos por dopaje en febrero de Álvarez, que culpó entonces de los resultados a la ingesta de carne contaminada en su país.
Sin embargo, meses después, el mexicano le rompió el invicto a Golovkin, que se quedó con un récord de 38 victorias (34 por KO), un empate y una derrota mientras el Canelo acabó la velada con 50 (34 por KO), dos igualadas y un tropiezo, ante Floyd Mayweather.
“Sí se pudo”, se despidieron emocionados sus compatriotas, exultantes de haber podido presenciar “la pelea del año”.
Álvarez dominó la pelea en los primeros asaltos y logró contener a su oponente en la segunda parte del combate para hacerse con el triunfo a los puntos con tarjetas de 115-113, 115-113 y 114-114 para llevarse a su país los cinturones del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
“No fue fácil, pero trabajamos para ganar. Queríamos el nocaut y no llegó, pero al menos cumplimos con el objetivo. Tenía un rival muy fuerte enfrente y eso también cuenta. Esta es una victoria importante para mi país. Es increíble para mi historia también”, señaló el vencedor sobre el ring ante la prensa.
“Yo no soy cualquier rival, soy un peleador de élite y esta noche lo demostré. Si la gente quiere una tercera pelea, la tendrán”, advirtió tras acabar con las 20 defensas de sus títulos de su contrincante, que se quedó con las mismas que la leyenda estadounidense Bernard Hopkins.
Era el combate de la temporada, todos lo sabían y nadie se la quiso perder: ni leyendas del básquetbol como LeBron James o Scottie Pippen; actores consagrados como Will Smith o Denzel Washington, ni exboxeadores míticos como Mike Tyson, Juan Manuel Márquez y Julio César Chávez.
“Pienso que fue una muy buena pelea para los aficionados, muy emocionante. Creo que peleé yo mejor”, comentó Golovkin tras recibir ocho puntos de sutura en una brecha de cinco centímetros en su ojo derecho.
“No puedo quejarme por la decisión, pero estuvo suficientemente parejo como para garantizar una tercera pelea. Canelo peleó muy bien, felicidades”, señaló a su vez el técnico de Golovkin, Abel Sánchez.
LAS VEGAS, CAPITAL DE MÉXICO
Decenas de carteles, fotografías y venta ambulante de productos relacionados con la pelea recordaban desde temprano por la mañana que era una jornada importante para la ciudad. El hotel MGM Grand, incluso, subió su característico león dorado al ring, convirtiéndose en uno de los lugares más fotografiados antes del combate.Calles teñidas de verde, blanco y rojo, esperando ver cómo su ídolo se coronaba en la mayor pelea posible. Ante el mejor rival imaginable. Así, entre colores, banderas y rancheras, sonó la icónica “Tragos Amargos”, de Ramón Ayala y sus Bravos del Norte, para júbilo de los presentes, que se desgañitaron con la canción.
Canelo entró a continuación con “México lindo y querido” y el estadio se vino abajo. El azteca había dicho antes de la pelea que iba a noquear a Golovkin luego de semanas de intercambios dialécticos. Y salió a ello desde el comienzo, conectando varias combinaciones poderosas que el kazajo apenas pudo neutralizar.
Con el paso de los asaltos, la batalla se fue nivelando. Álvarez aguardaba rezagado en busca de contraataques mientras Golovkin dominaba con su jab y arriesgaba, sabiendo que necesitaba ser superior a su rival al final si quería llevarse el triunfo.
Así, al kazajo le pasó factura una serie de golpes sobre su cuerpo en el octavo, pero hizo sufrir al mexicano en el undécimo asalto, abriéndole una aparatosa brecha que sangraba desde el tercero.
Pero Canelo ya había hecho los deberes anteriormente e incluso a hirió a “GGG” en el asalto definitivo, sumando pocos segundos después el triunfo más importante de su carrera delante de casi 22.000 personas.
VICTORIA, UN AÑO DESPUÉS
En septiembre de 2017, ambos ya se habían visto las caras, firmando un controvertido empate que no contentó a nadie.Entonces las tarjetas fueron de 118-110 para el mexicano, 115-113 para el kazajo y 114-114.
La segunda pelea, prevista inicialmente para el 5 de mayo, tuvo que suspenderse por dos positivos por dopaje en febrero de Álvarez, que culpó entonces de los resultados a la ingesta de carne contaminada en su país.
Sin embargo, meses después, el mexicano le rompió el invicto a Golovkin, que se quedó con un récord de 38 victorias (34 por KO), un empate y una derrota mientras el Canelo acabó la velada con 50 (34 por KO), dos igualadas y un tropiezo, ante Floyd Mayweather.
“Sí se pudo”, se despidieron emocionados sus compatriotas, exultantes de haber podido presenciar “la pelea del año”.