Gonzalo Islas, decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas.
Desde 1990, cuando asumió Patricio Aylwin, que un cambio de gobierno no generaba un nivel tan alto de incertidumbre en los mercados y la economía. ¿Qué sabemos del equipo económico de Gabriel Boric?, ¿cómo se compara con quienes guiaron la economía en el periodo 1990-1994 y qué lecciones se podrían sacar de tal experiencia?
Si bien se ha destacado la juventud del Presidente electo, en el caso de su equipo económico, sus edades son comparables a las de quienes asumieron junto a Patricio Aylwin. En efecto, Alejandro Foxley, tenía 50 años al asumir como ministro de Hacienda en marzo de 1990, lo que lo ubicaría aproximadamente en la edad promedio de los integrantes del Consejo Asesor del Presidente electo. Sus acompañantes más cercanos, Carlos Ominami en Economía; René Cortázar en Trabajo y José Pablo Arellano en la Dipres tenían entre 38 y 39 años, no muy distinta a la edad de los asesores más cercanos a Gabriel Boric, como Nicolás Grau, Diego Pardow y Claudia Sanhueza.
Incluso, las integrantes más jóvenes del equipo de Boric (Javiera Petersen y Javiera Martínez), tienen una edad similar a la que tenía Andrés Velasco, quien con 29 años asumió como jefe de gabinete del Ministerio de Hacienda. En ambos casos, la mayoría tiene estudios de postgrado en el extranjero. Si en el caso de Aylwin, quienes lideraban la política económica habían estado ligados al Centro de Estudios Cieplan, ahora es la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile quien asoma como el elemento en común de la mayoría de los integrantes del equipo económico.
Foxley y su equipo debieron asumir con una economía sobrecalentada y con fuertes presiones inflacionarias, debido a las políticas expansivas aplicadas por lo dictadura para intentar influir en el plebiscito de 1988 y las elecciones de 1989. En marzo de 2022, las nuevas autoridades deberán enfrentar una situación similar, esta vez debido a los efectos expansivos del IFE Universal y los retiros de ahorros previsionales. En 1990, esto obligó a aplicar políticas de ajuste y a contener las expectativas asociadas al retorno de la democracia. El nuevo equipo económico enfrentará el mismo desafío.
El equipo económico de Aylwin logró éxitos legislativos importantes en un periodo corto de tiempo. Reformas a la legislación laboral que elevaron las indemnizaciones por despido y fortalecieron la negociación colectiva y una reforma tributaria aprobada en junio de 1990, que combinada con el crecimiento de la economía, logró elevar la recaudación en 3 puntos del PIB. Esto, pese a que dada la presencia de los senadores designados, el gobierno era minoría en el Senado. Para ello, fue necesaria la capacidad de negociación y de adaptación de las políticas inicialmente contempladas en el programa de gobierno. Las mismas habilidades deberán mostrar el Presidente electo y su equipo para poder implementar un programa que requiere cambios legislativos importantes, sin tener mayoría en el Congreso.
Los indicadores económicos del periodo 1990-1994 nos muestran cifras notables: una tasa de crecimiento promedio del PIB promedio de un 7,3%, una reducción significativa de la inflación y una caída de la tasa de pobreza desde un 40,1% a 28,5% (según Casen). Es difícil encontrar un periodo en la historia económica de Chile con mejores resultados. Es por ello que el equipo económico del Presidente Boric haría bien en seguir la línea que han mostrado en las últimas semanas, abandonar definitivamente los slogans de la crítica fácil a los “treinta años”, y revisar y estudiar en detalle la experiencia del periodo 1990-1994.
El país enfrenta enormes desafíos en materia económica en los próximos años. Esperamos que la conducción de las nuevas autoridades esté a la altura de tales desafíos.
Gonzalo Islas, decano de la Facultad de Ingeniería y Negocios Universidad de Las Américas.