“Buena, no hay ningún problema”. Así de escueto el ministro del Interior, Jorge Burgos, definió la relación que tiene con Ana Lya Uriarte, la jefa de gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, luego del episodio de tensión que casi termina con su renuncia por no haber sido notificado del sorpresivo y hermético viaje que hizo la Mandataria la semana pasada a la Novena Región.

A ocho días del impasse que obligó a la gobernante a reconocerle al secretario de Estado que hubo un error en la planificación que hizo su equipo asesor al marginar a la cartera que lleva el tema de seguridad en La Araucanía, éste afirmó que “con mucho rigor, ya di vuelta la página” y que por ello no hablará más del tema, en el que también intervino su partido la Democracia Cristiana criticando el modo de accionar del denominado “Segundo Piso” de La Moneda y pidiendo cambios en él y en la gestión del Gobierno en general.

Sobre las reuniones que habitualmente tienen los ministros del comité político con los jefes de partido, parlamentarios y asesores de la Presidenta, Burgos indicó que éstas se seguirán efectuando que se reforzarán aquellas de coordinación más interna entre la Nueva Mayoría y los titulares de Interior, Segpres, Segegob y Hacienda, como acordaron en la cena que tuvieron la noche del lunes en la sede del Ejecutivo.

“Hemos tenido muchas veces reuniones con jefes de partido, con otras personas como la jefa de gabinete de la Presidenta, y van a seguir esas los días lunes a las 10 de la mañana, otras veces hay de determinadas circunstancias. Lo que hemos resuelto si es una cosa que hicimos ayer, que fue bastante buena, y repetirla cada cierto tiempo, pero las reuniones con asesores, con parlamentarios seguirán igual”, explicó.