Desde el verano europeo pasado la columna vertebral de la selección campeona de Sudamérica, Chile, estaba bajo contrato en la Bundesliga: Arturo Vidal en el Bayern, Gonzalo Jara en Mainz 05, Charles Aránguiz en Leverkusen, Eduardo Vargas en Hoffenheim, Marcelo Díaz en Hamburgo, Miiko Albornoz en Hannover. En Alemania la novedad se interpretó como un reconocimiento al prestigio internacional de su torneo.
Nunca antes en la historia del fútbol teutón habían estado tantos jugadores chilenos juntos al mismo tiempo como en la presente temporada. Mucho menos en momentos en los que estaban adornados por un triunfo tan importante en sus carreras como el obtenido en la Copa América. Aún así, transcurrida la mitad de la temporada, el balance en la Bundesliga de estos futbolistas sudamericanos no es el mejor.
Despedidas aceleradas
Un tercio de la cuota chilena en el fútbol alemán se marchó de la Bundesliga en los primeros días del nuevo año. Uno –Gonzalo Jara- de manera sorpresiva y cuando su club menos se lo esperaba; otro –Marcelo Díaz- como resultado de una despedida largamente anunciada que había sido interpretada como una amenaza y se convirtió al final en un adiós definitivo.
Díaz, quien no alcanzó siquiera a estar un año completo en Hamburgo, ya había anunciado el pasado mes de diciembre que no tenía ninguna intención de quedarse en Alemania en el 2016. El mediocampista estaba descontento por no ser titular en su equipo. “Para un futbolista lo importante es jugar”, dijo el chileno al despedirse de la afición que le tomó cariño tras haber sido el autor del gol que impidió el descenso del club alemán a segunda división.
AUTOR: Daniel Giacaman Z.