El derrocado presidente de Siria, Bashar al Asad, entregó este lunes sus primeras declaraciones tras abandonar el poder y huir del país, el cual fue tomado por los insurgentes islamistas.
Al Asad se trasladó a Rusia hace poco más de una semana, luego de una ofensiva relámpago liderada por el movimiento islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS).
En una declaración con fecha de este lunes en Moscú, el derrocado mandatario manifestó que “la persona que nunca abandonó la resistencia en Palestina y el Líbano, ni traicionó a los aliados que le apoyaron, no puede ser la misma persona que renuncie a su propio pueblo o traicione a su ejército y a la nación a la que pertenece”.
Por su parte, el documento, publicado en Telegram por su oficina de prensa, lleva como título: “Explicación del presidente Bashar el Asad sobre las circunstancias que lo llevaron a marcharse de Siria”.
“Durante los últimos acontecimientos no me planteé ni una sola vez la posibilidad de renunciar o solicitar asilo en otro país ni recibí ninguna propuesta al respecto de ninguna parte o individuo. El único plan de acción era continuar luchando contra la matanza terrorista”, dijo Asad.
A la vez, planteó que “cuando el Estado cae en manos de los terroristas y se pierde la capacidad de realizar una contribución significativa, cualquier cargo queda vacío de contenido y su labor se vuelve inútil”.
Asimismo, también negó haber abandonado el país “en las últimas horas de la batalla”, al señalar que “permanecí en Damasco cumpliendo con mis funciones hasta las primeras horas del domingo”.
En este sentido, explicó que “a medida que las fuerzas terroristas se infiltraban en Damasco me trasladé a Latakia en coordinación con nuestros aliados rusos para supervisar las operaciones de combate”.
Luego, relató que cuando llegó a la base en la mañana del 8 de diciembre, “quedó claro que nuestras fuerzas se habían retirado completamente de todos los frentes de batalla y que la última posición del ejército había caído”.
Frente a esto, indicó que “sin opciones viables de abandonar la base, Moscú exigió a la comandancia de la base la inmediata evacuación a Rusia en la tarde del domingo, 8 de diciembre”. Además, remarcó que su salida “tuvo lugar un día después de la caída de Damasco, siguiendo el colapso de las últimas posiciones militares y la consecuente parálisis de todas las instituciones estatales restantes”.
En tanto, Asada se describió como “el guardián de un proyecto nacional apoyado por la fe del pueblo de Siria”, y expresó que “mi profundo sentimiento de pertenencia al país y al pueblo sirio (…) me infunde esperanza de que Siria de nuevo será un país libre e independiente”.