La exhumación de los restos del hijo del expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999) supuso hoy un avance en la investigación de su muerte, que la familia atribuye a un atentado pese a que durante muchos años se dio por hecho que se debió a la caída del helicóptero en el que viajaba el joven en 1995.
El Equipo Argentino de Antropología Forense retiró este miércoles el cuerpo de Carlos Menem “Junior”, fallecido a los 26 años, del cementerio islámico de San Justo, en la provincia de Buenos Aires, y lo trasladó a la morgue judicial, donde ya se encontraba su cráneo.
El objetivo es comparar el ADN del cráneo y otras partes del cuerpo con el de su padre, su madre, Zulema Yoma, y su hermana, Zulema María Eva Menem “Zulemita”.
Minutos antes de que los restos fueran trasladados a la morgue, uno de los abogados de la familia, Diego Storto, aseguró a Efe frente a las puertas del cementerio que esta medida se debe a que existen “muchas dudas” sobre si el cráneo y otras partes del cuerpo realmente pertenecen al joven o si, como denunció hace años Yoma, la tumba fue profanada.
Pese a que dentro de dos semanas podrán contar con algo de información, los resultados finales llegarán en 45 días, algo que el letrado cree que traerá “tranquilidad”, porque si se confirma que -como ya mostraron otros estudios previamente- el ADN es el del cuerpo, la exmujer de Menem podrá seguir adelante con la querella.
“Zulema desconfía de todo y esa desconfianza se la fue generando desde su percepción de madre al inicio hasta después de ver todas las irregularidades que se desarrollaron durante la pericia”, señaló.
En ese sentido, apuntó que la investigación de la gendarmería argentina sobre el fallecimiento tiene “muy enojada y muy intrigada” a Yoma, quien “de ninguna manera” acepta que se tratara de un accidente porque las indagación “muestra que pudo haber sido un atentado” terrorista.
Además, reveló Storto, esta misma semana apareció un nuevo testigo que vio a Menem Junior con vida en el hospital después de que se estrellara el avión, y afirmó que este tenía una “esquirla” en la frente “como si fuera una bala”, algo que, para el abogado, beneficia a la querella.
Las circunstancias de la muerte del hijo del expresidente están aún por esclarecer.
El caso cobró especial relevancia a partir de 2014, cuando Yoma reveló que su exmarido le había confesado en privado que el joven falleció por un disparo en la frente que fue encubierto.
Ella siempre había defendido la tesis de que no fue un accidente, y también aseguró más tarde que la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) le dijo en una ocasión que se trató de un atentado, algo que la propia exmandataria reiteró ante la Justicia el pasado noviembre.
El juez a cargo de la investigación, Carlos Villafuerte, ordenó la exhumación el pasado 8 de marzo, a raíz de una petición que hizo hace años la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que no se llevó a cabo hasta ahora, porque Yoma no se encontraba “en condiciones anímicas” para afrontar el proceso.
En mayo de 2016, el magistrado llamó a testificar a varios exfuncionarios y, entre ellos, a seis exjefes de Estado: Fernando de la Rúa (1999-2001), Ramón Puerta (2001), Adolfo Rodríguez Saá (2001) Eduardo Camaño (2001-2002), Eduardo Duhalde (2002-2003) y Fernández.
El objetivo era aclarar si alguno sabía algo sobre la muerte después de que, tras ser relevado de la obligación de guardar secreto de Estado, el propio Menem asegurara en los tribunales que el excanciller Guido Di Tella (fallecido en 2001) le contó que el responsable del deceso fue el grupo islamista libanés Hizbolá
El Equipo Argentino de Antropología Forense retiró este miércoles el cuerpo de Carlos Menem “Junior”, fallecido a los 26 años, del cementerio islámico de San Justo, en la provincia de Buenos Aires, y lo trasladó a la morgue judicial, donde ya se encontraba su cráneo.
El objetivo es comparar el ADN del cráneo y otras partes del cuerpo con el de su padre, su madre, Zulema Yoma, y su hermana, Zulema María Eva Menem “Zulemita”.
Minutos antes de que los restos fueran trasladados a la morgue, uno de los abogados de la familia, Diego Storto, aseguró a Efe frente a las puertas del cementerio que esta medida se debe a que existen “muchas dudas” sobre si el cráneo y otras partes del cuerpo realmente pertenecen al joven o si, como denunció hace años Yoma, la tumba fue profanada.
Pese a que dentro de dos semanas podrán contar con algo de información, los resultados finales llegarán en 45 días, algo que el letrado cree que traerá “tranquilidad”, porque si se confirma que -como ya mostraron otros estudios previamente- el ADN es el del cuerpo, la exmujer de Menem podrá seguir adelante con la querella.
“Zulema desconfía de todo y esa desconfianza se la fue generando desde su percepción de madre al inicio hasta después de ver todas las irregularidades que se desarrollaron durante la pericia”, señaló.
En ese sentido, apuntó que la investigación de la gendarmería argentina sobre el fallecimiento tiene “muy enojada y muy intrigada” a Yoma, quien “de ninguna manera” acepta que se tratara de un accidente porque las indagación “muestra que pudo haber sido un atentado” terrorista.
Además, reveló Storto, esta misma semana apareció un nuevo testigo que vio a Menem Junior con vida en el hospital después de que se estrellara el avión, y afirmó que este tenía una “esquirla” en la frente “como si fuera una bala”, algo que, para el abogado, beneficia a la querella.
Las circunstancias de la muerte del hijo del expresidente están aún por esclarecer.
El caso cobró especial relevancia a partir de 2014, cuando Yoma reveló que su exmarido le había confesado en privado que el joven falleció por un disparo en la frente que fue encubierto.
Ella siempre había defendido la tesis de que no fue un accidente, y también aseguró más tarde que la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) le dijo en una ocasión que se trató de un atentado, algo que la propia exmandataria reiteró ante la Justicia el pasado noviembre.
El juez a cargo de la investigación, Carlos Villafuerte, ordenó la exhumación el pasado 8 de marzo, a raíz de una petición que hizo hace años la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que no se llevó a cabo hasta ahora, porque Yoma no se encontraba “en condiciones anímicas” para afrontar el proceso.
En mayo de 2016, el magistrado llamó a testificar a varios exfuncionarios y, entre ellos, a seis exjefes de Estado: Fernando de la Rúa (1999-2001), Ramón Puerta (2001), Adolfo Rodríguez Saá (2001) Eduardo Camaño (2001-2002), Eduardo Duhalde (2002-2003) y Fernández.
El objetivo era aclarar si alguno sabía algo sobre la muerte después de que, tras ser relevado de la obligación de guardar secreto de Estado, el propio Menem asegurara en los tribunales que el excanciller Guido Di Tella (fallecido en 2001) le contó que el responsable del deceso fue el grupo islamista libanés Hizbolá