La construcción de edificios en altura en madera es una realidad a nivel mundial, nuevas tecnologías como la madera laminada encolada o “Glulam” (Glued Laminated Timber) y la madera contralaminada o “CLT” (Cross Laminated Timber) han dado lugar a un término llamado “Engineered Wood” que se refiere a productos derivados de la madera, pero con un alta incorporación de tecnología en su fabricación y utilización.
En Canadá por ejemplo, se está construyendo un edificio de 18 pisos en base a un sistema mixto de Hormigón armado, Glulam y CLT. Este edificio es la residencia estudiantil de la Universidad de British Columbia en la ciudad de Vancouver, quien ha sido pionera en los estudios que han permitido utilizar esta tecnología en el mundo, por lo tanto es un edificio símbolo de estos sistemas constructivos.
Este proyecto se terminará en noviembre de este año y tiene un presupuesto total de 37,7 millones de dólares; el primer piso es de hormigón armado, al igual que los 2 núcleos centrales estructurales que proveen estabilidad, las columnas son de Glulam y las losas y los muros de CLT; las uniones entre las distintas piezas que componen este puzzle se realizan en elementos de acero, también de alta tecnología.
Distintas organizaciones a nivel internacional están generando normas y criterios constructivos, estructurales, de montaje, habitabilidad, resistencia al fuego entre otras, que permitan masificar estas nuevos materiales, especialmente en países con exigentes normas ambientales, en donde el aporte de CO2 -uno de los gases que más incide sobre el efecto invernadero- es medido y limitado desde la obtención del material, la ejecución y la vida útil del proyecto.
Tanta ha sido la incidencia y reconocimiento de la madera como elemento constructivo en proyectos de mediana y gran escala a nivel mundial, que los proveedores y organizaciones asociadas al hormigón, han generado estudios que buscan asimilar el impacto ambiental de ambos sistemas, lo que es altamente conveniente para los clientes en función de la inclusión de un nuevo actor en la acotada gama de materiales disponibles para la ejecución de proyectos en altura.
Nuestro país se encuentra en la posición número 9 de los 10 países con niveles más altos de exportaciones de madera en el mundo, por lo que se hace necesario visualizar al CLT y al Glulam en el escenario constructivo de la industria chilena en el corto plazo. El Gobierno y las Universidades juegan un rol fundamental en la inclusión de estos sistemas -creados hace más de 20 años- en función de disminuir una de las características principales de la industria como lo es la inercia al cambio.
La brecha existente entre la visión de la construcción en madera como un sistema artesanal debe ser eliminada y concebida hacia una construcción tecnologizada y apta para las exigentes normas constructivas de nuestro país. Lograr una aptitud mental favorable a la anticipación y la innovación de los profesionales, donde las nuevas generaciones no visualicen a los sistemas constructivos tradicionales como los mejores de por sí, es también un desafío clave para incentivar y utilizar tecnología que trae beneficios y desarrollo a corto y largo plazo para nuestro país y para la sostenibilidad del planeta.
*Jaime Arriagada es Académico Facultad de Ingeniería de la Universidad Central.