Cómo El Mercurio, el empresariado y los militares fraguaron diversos montajes antes, durante y después del golpe militar forman el relato de los directores Ignacio Agüero y Fernando Villagrán en el documental “El diario de Agustín”. Grabado el 2008, el registro sigue los esfuerzos de un grupo de estudiantes de periodismo para conseguir una entrevista con el magnate de la prensa. Se relata también cómo Agustín Edwards Eastman, el quinto Agustín de la influyente dinastía mercurial, ayudó a provocar el golpe de Estado junto a la CIA y después a callar, ocultar o justificar los crímenes de la dictadura, incluso mediante mentiras.
El documental, que fue adquirido por TVN el año 2010, recién fue transmitido por la TV abierta cuatro años después en una jugada de la que Agüero y Villagrán responsabilizaron directamente a las redes de poder de Edwards y en particular al director de TVN de aquel entonces. “Mi reflexión es acerca de funcionarios que al asumir cargos de servicio público se transforman en otros cargos de provecho personal. Me refiero concretamente al señor Daniel Fernández, director de TVN de la época, quien obstaculizó la compra y la posterior exhibición de la película, involucrando luego a otros funcionarios del canal. Pues en cuanto se lanzó la película el comité de adquisiciones nos la pidió para su compra hasta que se entera Fernández. ¿En función de qué intereses Fernández obstaculiza la exhibición en TVN ? Él estaba preocupado de no ensuciar su currículum frente a Edwards y su área de influencia, pensando en su próximo cargo”, sentencia el también director de “100 niños esperando un tren”.
“El Mercurio no hizo nada para que la película no se hiciera, no se distribuyera y no se exhibiera”, agrega. Sobre la plusvalía que adquiere el documental tras la muerte de Edwards, Agüero cree que principalmente los jóvenes serán quienes se verán más favorecidos con el relato audiovisual. Destaca que gran parte de las audiencias son estos jóvenes que se acercan con sorpresa a un episodio, a veces, desconocido para ellos de la historia de Chile.
“El valor de este documental es que El Mercurio no pudo objetarlo y que deja establecido el rol criminal del diario ante las violaciones a los derechos humanos. También perfila a Edwards como un hombre que conocía muy bien a su país, en el que sabía que podía cometer los más grandes delitos y salir impune”, señala.
En tanto, Fernando Villagrán pone en el podio a este némesis del que es objeto el documental. “No dudaría en decir que es quien más influido en el acontecer político y económico del país y quien dio muestra de una influencia inconmensurable a lo largo de más de 50 años. Desde hacía un tiempo ya estaba viviendo ese poder ‘de prestado’, como se dice vulgarmente. El gran punto que hay que contestar es ¿en qué se transforma ese poder que él ha tenido?, ¿es algo heredable?. Personalmente creo que no, porque es más un símbolo del poder más que nada. Su ciclo ya se había agotado hace tiempo”, sostiene el co-director de “El diario de Agustín”.
Sobre las reacciones que ha acumulado el documental, Villagrán agrega que a muchos espectadores alrededor del mundo les llama la atención que una sola persona haya amasado tal nivel de poder e influencia. Pero también que haya podido vivir por décadas en total impunidad. “Tantos casos criminales que se sostienen incluso durante el retorno a la democracia para muchos es una especie de prolongación de la dictadura, porque Agustín Edwards mantuvo ese poder y nunca fue procesado por los crímenes en los que estuvo involucrado”, explica.