En el año 2005 el periodista Emiliano Aguayo sorprendió al publicar “Maldito Sudaca”, el primer libro de entrevistas exclusivas al emblemático vocalista de Los Prisioneros, Jorge González. Un hecho verdaderamente anecdótico, considerando que el cantautor siempre había sido reacio a hablar con la prensa nacional.
Hoy, a 15 años de aquella publicación, Aguayo vuelve con “Independencia Cultural: Conversaciones con Jorge González”, material que incluye entrevistas hechas por el comunicador entre 2006 y 2019, época en que el artista sanmiguelino vivió una serie de experiencias personales que cambiaron su vida. ¿La más negativa? Un inesperado accidente cerebrovascular en 2015 que lo obligó a dejar los escenarios.
La Nación conversó con Aguayo. Le consultó sobre su más reciente trabajo y sus apreciaciones personales en torno a la figura del cantante, considerado hoy en día un verdadero referente del rock nacional e internacional. Pero, ante todo, abordó la actualidad del músico y cómo percibe su legado a lo largo del tiempo.
-Tuviste la oportunidad de entrevistar a González después de su accidente cerebrovascular. ¿Se ve a un Jorge igual de lúcido y crítico, como ha sido su costumbre?
Yo veo al mismo Jorge González, inteligente, rápido de respuesta e informado, además de tranquilo y feliz, viviendo con sus gatos y su pareja, escuchando jazz, harto vinilo, leyendo y viendo algún documental.
De hecho, en las últimas entrevistas que tiene el libro “Independencia Cultural”, grabadas entre 2019 y 2020, conversamos y analizamos mucho el estallido social que se inició en octubre del año pasado, su ACV y su recuperación, los reconocimientos que ha recibido, etc.
-Por tus trabajos debes ser el periodista al que Jorge le ha dedicado más horas de entrevistas. ¿Cómo se produjo esta confianza y buena relación, considerando que a lo largo de su carrera siempre tuvo cierta antipatía por los profesionales de los medios?
Creo que vio en mí a alguien que no venía de medios. No llegué a su casa a pedirle una entrevista con el titular ya hecho o pedido por un editor. Vio independencia, preparación en el tema expuesto en un cuestionario muy completo, y si existe “Independencia Cultural” es porque hubo un “Maldito Sudaca”, que yo creo que lo encontró un libro muy bueno. No sólo porque respeté lo que conversamos, sino las demás entrevistas, la discografía, los capítulos, etc. Yo creo que no imaginó que quedarían tan completos.
Lo mismo ahora, me comentó que le gustó mucho el resultado, y debo decir que hice las entrevistas y luego le mostré el libro sólo cuando salió de la imprenta. Es decir, sí confía en mi trabajo y, por supuesto, es un honor. Su nivel de exigencia es alto.
-Mencionaste en alguna oportunidad que como escritor y periodista te gusta mucho separar y profundizar en la figura de González por sobre la de Los Prisioneros. ¿A qué obedece ese interés?
Absolutamente. Mientras Los Prisioneros fueron y son un grupo del recuerdo, para mí Jorge González siempre fue presente y vanguardia. Hasta en las últimas presentaciones siempre puso nuevas canciones, nuevos temas de debate, nuevo legado.
Víctor Jara fue parte de Cuncumén, Charly García fue parte de Sui Géneris, Andrés Calamaro fue de Los Rodríguez y Jorge González fue compositor y líder de Los Prisioneros. Pero eso, en ningún momento, le coartó la creatividad en otros proyectos. Incluso como líder de Los Prisioneros no tocó en Europa, pero sí como Los Updates. Se hizo más universal lejos de la banda.
De hecho, en mi libro reúno un listado completo de las cientos de colaboraciones que ha realizado en toda su carrera, muchas de ellas desconocidas, sobre todo en su época solista y Los Updates. Grabó con Sussie 4, Ricardo Villalobos, Quiero Club, Los Amigos Invisibles, Dapuntobeat, Dj Raff, Fiat 600, etc. Hasta el más fanático siente que la cabeza se le rompe ante tanta información.
-Hace unos años afirmaste que Jorge estaba a la altura del legado y figura de Violeta Parra y Víctor Jara. ¿Sigues sosteniendo eso?
Dije eso, y como yo no era un amigo de los periodistas de música que esos días la llevaban, me trataron de “fan” antes que “periodista”, de alguna manera. Y por supuesto se vio casi como una herejía, como que me había pegado en la cabeza.
Lo mío se reafirmaba en una investigación y en una puesta al día de la historia de la música popular, generando una figura de González con un legado musical, social y político. Pasa que quizás los periodistas sólo veían la música y yo, además de periodista, con estudios de un año de pre-grado en Ciencias Políticas y un magíster no terminado de Ciencias Sociales, vi otras cosas.
Digo esto porque de alguna manera sentí que tenía argumentos para tirarme a una piscina sin agua, siendo un desconocido y cambiando la historia, que se había quedado pegada en 1973. Yo vi presente y futuro. No me quedé pegado en los libros de historia, sentí que había que hacer historia.
-¿Crees que Chile ha valorado como se debe a Jorge o crees que existe alguna especie de “deuda” con él?
Hoy no creo que exista una deuda, todo se ha puesto al día, como debió ser. Pero sí creo que falta un mea culpa respecto a sólo llamar “genios” a los músicos extranjeros, mientras a Jorge González siempre se le trató de “polémico”, “dictador de la banda”, “controvertido”, etc.
Ahora, lamentablemente, esa puesta al día viene después, en gran parte, del ACV, mostrándonos nuevamente que el chileno medio espera una tragedia para decirle al otro que es bacán. Pasó, tal vez, con Víctor Jara, que es asesinado, y pasó quizás con Violeta Parra que se suicida.
-En contraste a esta valorización de la figura de González, el exguitarrista de Los Prisioneros, Claudio Narea, dedicó muchas entrevistas (incluso asistiendo al programa “Vértigo” de Canal 13) a criticarlo con dureza. Además publicó dos libros llenos de acusaciones, hablando de una presunta homosexualidad. ¿Qué opinión tienes de eso?
Yo creo que hay una obsesión de Claudio con Jorge. Siempre habla de él. Hablar de homosexualidad o no, lo encuentro tan de los ’80, tan conservador.
Hace un buen par de años, di otra entrevista acá mismo a La Nación, y el titular fue algo como “El aporte de Narea en Los Prisioneros es anecdótico”. Y eso no es de mala onda, sino porque si lees su propia autobiografía, te das cuenta que siempre andaba en otra. No le gustaba el tecno de “Pateando Piedras” y encontraba raro el trato del productor Caco Lyon en el estudio.
En “La Cultura de la Basura” también hay un quiebre, y Claudio y Miguel Tapia hacen canciones que luego no sonaron casi nada, como “El vals”, por ejemplo. Para qué decir en el disco “Corazones”, donde no pincha nada, y del disco del 2003 hasta por la prensa dijo que no le gustaba y ni ensayaba algunas cosas antes de la grabación.
Esa imagen de Lennon y McCartney que varios fans desinformados tienen es tan falsa como tierna. Incluso, Claudio Narea vive de las composiciones de Jorge, no canta las suyas en vivo.
Es más, yo creo que si hay que poner un día de la vergüenza del rock chileno fue cuando tocó en Tomé reemplazando a Jorge González que iba originalmente, pero tuvo el ACV la noche anterior. O sea, si iba en tono de tributar a su excompañero, a saludarlo a la distancia por la crisis de salud, bien, lindo. Pero fue sin decir una palabra en torno a la salud de González. Esa actuación yo la encuentro media carroñera.
-Muchos de los discos de Jorge no han logrado un impacto inmediato y han sido criticados por la prensa, pero varios años después han adquirido mucho valor y gusto en la gente. ¿Crees que la prensa musical chilena quizás no ha estado a la altura de comprender su obra en el momento oportuno?
Creo que él debió batallar ante una prensa que miraba más a Europa o Estados Unidos buscando referentes que a Chile. Hoy hay un nuevo periodismo, menos de colegio privado, que no tiene vergüenza de ser chileno ni menos latinoamericano. Entonces si el tipo que está al frente es chileno y es bacán, le dices que es bacán. No hay complejos.
Al disco Corazones no le falta ninguna guitarra, pero un diario dijo eso del disco en su momento. Hoy es un mal chiste, ¿no? Envejecieron muy mal esas críticas musicales de sus detractores. Es que en ese tiempo tenían el poder del momento y al día siguiente se olvidaba, el diario se usaba para cualquier otra cosa. Pero hoy las redes sociales no olvidan y ponen en evidencia la mala leche.
-Al contrario de otros artistas de élite como Los Jaivas (que tras la muerte de Alquinta nunca más grabaron material inédito), Jorge durante toda su vida, pese a todos los contratiempos, siempre ha seguido creando. Incluso con las dificultades que atravesó con su accidente cerebrovascular grabó “Manchitas” en 2018. ¿Crees que ese es un plus que él tiene en relación a otros artistas populares, la ambición por seguir creando?
Los Jaivas no grabaron canciones nuevas, entiendo, desde hace como 20 años. Es lamentable, porque siempre fue interesante escuchar canciones nuevas suyas. Eso es cómodo, de repente, no te enfrentas a la crítica, que pasado un tiempo puede ser dura con grupos si no hacen lo mismo.
Jorge nunca se paró en la comodidad, siempre se reinventó, nunca se autoplagió y eso, claro, le trajo malas críticas, pero un artista no teme a las críticas, sigue adelante, cree en él. Y si resulta bien, y si no resulta bien también.
-¿Piensas que González seguirá en esta senda creativa, pese a sus dificultades?
En mis conversaciones para “Independencia cultural” dice que no está haciendo música ni tiene proyectos, pero si los tiene sería muy interesante como siempre, y seguro se pondría al día rápidamente. A ello se agrega el redescubrimiento de discos como Naked Tunes, Demos, Trenes, El futuro se fue, etc. Hay música de Jorge González para las nuevas generaciones para rato.
Para más información sobre “Independencia Cultural” y contactos, visite el Instagram personal de Emiliano Aguayo.