Los primeros astronautas de Estados Unidos que viajaron a la Estación Espacial Internacional (ISS) en una nave estadounidense en una década partieron el sábado en la cápsula SpaceX camino a la Tierra a pesar del riesgo de huracán en Florida.
“Y finalmente partieron”, tuiteó la NASA al anunciar que Bob Behnken y Doug Hurley habían dejado la ISS, tras haber difundido imágenes que muestran cómo la cápsula se desprende sin problemas del aparato en la oscuridad del espacio.
El desacoplamiento se hizo en dos tiempos, dos meses después de la llegada de ambos hombres a bordo de la cápsula creada por la compañía del excéntrico empresario Elon Musk, precisó la agencia espacial estadounidense y agregó que la cápsula había tomado “una trayectoria segura”.
El amerizaje está previsto para el domingo a las 14:41 (hora chilena) en el Golfo de México. Fue mantenido al oeste de Florida, en momentos en que la tormenta tropical Isaías, que podría convertirse nuevamente en huracán, amenaza las costas orientales de la península del sudeste de Estados Unidos.
Un sitio en las costas de la ciudad de Pensacola (norte de Florida) fue escogido como “prioritario” para el amerizaje, con una alternativa en las cercanías de la Ciudad de Panamá, también en el golfo de México, si el mar está muy agitado o los vientos son muy fuertes.
Unas horas antes, ambos astronautas se habían despedido de los tres colegas que dejaron en la ISS, aunque había aún cierta incertidumbre respecto a su viaje teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas en Florida.
“Lo más difícil fue ponernos en órbita, pero lo más importante es regresar a casa”, dijo Behnken unas horas antes de la partida.
La operación es delicada, aunque el año pasado la cápsula Dragon cumplió esta misión sin problemas. El regreso atmosférico probará la resistencia del escudo térmico. Luego, grandes paracaídas ralentizarán el descenso hacia el océano.
UN DINOSAURIO INGRÁVIDO
Dirigiéndose a su hijo y al hijo de su colega, Behnken exhibió un pequeño dinosaurio de colores, que los niños les habían dado para que los acompañara en esta “misión histórica”, y lo hizo volar durante unos instantes.
“Tremor el apatosaurio vuelve a casa con sus papás”, dijo Behnken a los niños, rodeado de sus dos colegas rusos, Anatoly Ivanishin e Ivan Vagner, y del jefe de la misión, el capitán Chris Cassidy.
“Les decimos adiós a nuestros dos amigos y colegas”, dijo Cassidy, declarándose “triste” y “emocionado” al ver a Hurley y Behnken partir de la ISS, destacando la importancia de tener nuevos medios para transportar astronautas.
Behnken y Hurley se han convertido en los primeros astronautas en ser llevados a la ISS, ubicada a 400 km de la Tierra, por una empresa privada contratada por la NASA.
La misión, cuya partida había sido postergada en razón por razones meteorológicas, fue la primera de una nave tripulada lanzada desde suelo estadounidense. La última había sido en 2011 cuando terminó el programa de los transbordadores espaciales.
En los últimos nueve años, astronautas estadounidenses habían viajado exclusivamente en los cohetes Soyuz rusos, por un precio de cerca de 80 millones de dólares por asiento.
Si la misión actual es certificada segura, Estados Unidos ya no dependerá de Rusia para acceder al espacio.
Por 3.000 millones de dólares, acordados desde 2011 en el marco de un contrato a precio fijo, SpaceX prometió a la NASA seis viajes de ida y vuelta a la ISS con cuatro astronautas a bordo.
El astronauta francés Thomas Pesquet comunicó esta semana que viajará a bordo del Crew Dragon de SpaceX en su segunda misión a la ISS en la primavera boreal de 2021.