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Analistas: Migrantes y situación económica le pasaron la cuenta a Merkel

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Un panorama que sin duda no será fácil de enfrentar es que el deberá sortear la canciller de Alemania, Angela Merkel, tras ser reelecta por cuatro años más y el resultado de las elecciones generales del parlamento germano,que abrieron un espacio a la ultra derechista Alternativa para Alemania (AfD), sacaron a la luz el descontento de un neonacioalismo del siglo XXI que más allá de la ideología que ve afectada su forma de vida.

Esa es la visión de los analistas políticos Raúl Sohr y Guillermo Holmann, quienes en conversación con La Nación desmenuzaron las razones que llevaron a la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su aliada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) a perder 8,5 puntos de los votos obtenidos en los comicios de 2013 y quedar con 33% de apoyo, y que llevaron a la corriente extrema a instalarse con un 13% de las votaciones en el Bundestag, luego de 50 años nuevamente.

SHOCK POLÍTICO Para Sohr lo ocurrido el domingo en las elecciones generales germanas fue un golpe inesperado para la administración de la canciller. “Sin duda que esto fue un revés importante para los demócratas cristianos en Alemania y para la señora Merkel en particular. Es un verdadero shock político y es una votación que proviene en un porcentaje importante del electorado natural de la Democracia Cristiana”.

Añadió que el segundo factor “paradojal” es que la extrema derecha obtuvo su mejor votación por lejos en lo que era la República Democrática Alemana, que era el lado comunista cuando el país estuvo dividido por 44 años a raíz de la Guerra Fría. También es el lugar donde hay menos inmigrantes y donde menos debieran estar molestos.

¿Por qué se produce este cambio?

-Sin duda el millón de inmigrantes que entraron a Alemania entre el 2015 y el 2016, provocó una reacción nacionalista antiinmigración y un sentimiento de que el país había sido invadido y que se había generado un desorden, tomando en cuenta que los alemanes son muy ordenados, les gustan las cosas planificadas y no una irrupción casi sorpresiva como la que tuvieron y eso para algunos sectores ultraconservadores, es una molestia, y para los fascistoides representa una afrenta.

¿Las políticas de Merkel propiciaron este escenario?

-Yo creo que fueron moderadas, pero muy pro inmigrantes. Creo que Alemania lejos fue el país que recibió más refugiados en Europa y hay grupos alemanes que resienten eso y en ese sentido la perjudicó. Pero ella venía estableciendo criterios cada vez más estrictos sobre quiénes calificaban como refugiados y comenzaron procesos de deportación de aquellos que eran meros inmigrantes económicos y que no tenían una necesidad de vida o muerte de ser admitidos.

¿Qué otros factores pesaron en el resultado de esta elección?

-La situación económica, porque en algunos sectores de Alemania hay un sentimiento crítico respecto de la Unión Europea, hacia el euro, del apoyo económico que se le ha dado a Grecia con paquetes de ayuda para evitar su quiebra, financiados en gran medida por ese país y Gran Bretaña, y hasta cierto punto Francia, pero los dos grandes contribuyentes eran ellos, y ahora con el Brexit la perspectiva para los alemanes no es buena, porque ellos van a quedar como el colchón sobre el que van a descansar los países de Europa del sur, que son los que más problemas financieros tienen. Por eso hay un rechazo de los alemanes a que con su dinero se financie lo que ellos consideran malos manejos de otros gobiernos.

CARISMA Y CAPACIDAD NEGOCIADORA

¿Cómo se explica que frente a este descontento Merkel no haya perdido su reelección?

-Ella tiene un gran carisma, es decir, aparte de ser mujer, de provenir de la República Democrática Alemana, de haberse criado bajo un gobierno comunista, vino a occidente y se transformó en una estrella política, incluso cuando sale a hablar del resultado dice: ‘no me voy a ir por las ramas, este no es el resultado que nosotros esperábamos’. Es increíblemente directa, entró y al hueso inmediatamente. ‘Sí, no era lo que queríamos, fueron cuatro años difíciles y aquí estamos’. La gente valora su honestidad y además tiene un atributo enorme que es ser una gran negociadora, de hecho este gobierno era una alianza con los socialdemócratas y siempre ha tenido una gran facilidad para articular acuerdos, incluso en las grandes disputas en la Unión Europea siempre salió airosa con grandes acuerdos.

Entonces, ¿cuál es su principal desafío ahora?

-Formar una alianza más amplia porque no tiene mayoría para gobernar y se presume que ésta será con el Partido Verde, que son pro sustentabilidad, que bajó harto su votación, y con los liberales que son pro empresariales. El tema ahora es cuáles son las exigencias que van a pedir esas colectividades para garantizar el apoyo, sobre todo porque hoy día Alemania es por lejos la locomotora económica y política, porque con la salida de los británicos que eran la bisagra de la Unión Europea con Estados Unidos, la señora Merkel queda cara a cara con Donald Trump, porque de facto ella es la líder de Europa.

TABLERO DE AJEDREZ

Un diagnóstico parecido de la situación que enfrenta la máxima representante del Estado germano tiene el analista internacional Guillermo Holzmann, aunque las alianzas para obtener respaldos a sus políticas serán un hueso duro de roer, considerando –dijo- que la ultraderecha alemana llegó dividida internamente a los comicios generales, pero con el objetivo común de instalarse en el Congreso.

A ello se suma, acota, que “la tendencia que se ha dado en Europa también aparece en Alemania, en orden a plantear tres grandes temáticas que logran reunirse en lo que hoy se llamaría nacionalismo y no al del siglo XX vinculado a la identidad nacional”.

¿Cuáles son esas temáticas?

-La primera de ellas tiene que ver con los derechos asociados a un modo de vida que supone diversidad, los negocios que se han logrado, resguardar lo que se tiene y que no haya personas que afecten ese modo de vida. No se trata que todos los de esa corriente son nazis o neonazis, hay un grupo de ellos por cierto, la representación política que ellos tienen hoy tiene un sentido más amplio que es eso. Lo segundo, es que Ángela Merkel enfrenta la manera de cómo formar gobierno y cómo va a poder eventualmente hacer alianza con los liberales y verdes, y desarrollar negociaciones con efecto económico que en algunos casos podría tener el apoyo de los nacionalistas en un contexto de una preeminencia tecnológica de Alemania como una cuarta revolución industrial. Lo tercero, es el desafío de formar gobierno y cómo lo forma y de qué manera se evita que este movimiento se transforme en una minoría intensa que pueda afectar su agenda, que es una de las cosas más relevantes desde el punto de vista internacional, pensando en el eje franco-alemán, la Unión Europea, en la relación con Rusia y la política humanitaria para refugiados que aplica.

En términos de gestión, ¿qué errores cometió Merkel para llegar a este resultado?

-Creo que hay dos grandes eventos en general que son visibles a nivel mundial: los refugiados y las medidas reactivas que se toman cuando estos ya llegan a los poblados alemanes y empiezan a chocar con la cultura germana que maneja otros códigos. Ella reacciona junto con el Bundestag y las autoridades del país, tardíamente respecto a situaciones que se van produciendo y que van dando cuenta de hacer más visible el pensamiento neonazi dentro de Alemania, y que no se pensaba que fuera tan intenso a pesar de la minoría. Y, el segundo error, que tiene que ver con esta suerte de política permisiva que pone en juego la economía alemana y afecta la calidad del empleo en ese país, que aunque tiene pleno empleo, hay menores salarios y baja calidad del trabajo, es un fantasma respecto del resto de Europa.

¿El Brexit afecta?

-Sin lugar a dudas que sí. Recordemos que Ángela Merkel viene promoviendo que haya una sola autoridad financiera para el manejo del destino financiero de la zona euro y como el gobierno británico se ha demorado en la salida lo ha ido complicando por ser muy burocrático y técnico.

¿La capacidad negociadora de Merkel puede llevar a buen puerto las alianzas en el Parlamento?

-Se enfrenta a un tablero de ajedrez, donde las jugadas eleccionarias no son suficientes. La instalación, aunque sea con 90 escaños nacionalistas que le hacen generar una capacidad de influencia en la agenda legislativa y en la conformación de alianzas, la obliga a ser cuidadosa respecto de los pactos que va a formar o qué tipo de negociación llevará a cabo para asegurar una mayoría en el Parlamento, a sabiendas de que va a tener que negociar cada proyecto, porque puede haber un efecto interno en sus filas y en las otras corrientes.

¿Cómo logra ser reelecta a raíz de ese diagnóstico en su gestión?

-Creo que ha demostrado una mayor capacidad de liderazgo en términos de credibilidad, no obstante se esté o no de acuerdo con ella, pero desde el punto de vista de la cultura política alemana le da mayor certeza respecto a un comportamiento que no va a ser de zigzag, no obstante ella ha cometido errores que tiene que rectificar. Lo que le está pasando la cuenta es la poca anticipación a cómo se están moviendo los actores y las implicancias e impacto que tiene dentro de Alemania y, que si hay alguien que puede parar una expansión del nacionalismo es probablemente ella, que puede ser más dura en la negociación, pero también más clara frente a un grupo que no quiere que se instale dentro de Alemania.
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