Hace 20 años, Alexandre Santini participó en la creación de la política pública Puntos de Cultura en Brasil, que hoy se ha extendido hasta países como Argentina, Cuba, Ecuador y más, junto a Celio Turino -su ideólogo- y hace diez años trabaja de forma activa como parte del movimiento latinoamericano Cultura Viva Comunitaria.
Ha sido partícipe de forma activa, acompañando y asesorando procesos de implementación de esta política en varias ciudades y países de América Latina.
Licenciado en Artes Escénicas y miembro del Programa Puntos de Cultura de Brasil, Santini tiene una amplia experiencia en el campo de la cultura junto a organizaciones comunitarias. Este fin de semana llegará a Chile para ser parte del Encuentro Nacional e Internacional del Programa Puntos de Cultura, organizado por la Universidad de Chile y la Universidad del Bío-Bío, convocado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El 2023, bajo el mandato del presidente Lula da Silva, la ministra de Cultura de dicho país, Margareth Menezes, designó a Santini como presidente de la Fundación Casa de Rui Barbosa, institución tradicional que existe desde la década de 1960, dedicada a temas de memoria, archivos e investigación en áreas diversas, tales como literatura y cultura. Sobre su trabajo en este espacio y el rol que ha jugado en la formulación de políticas culturales, ahonda en la siguiente entrevista.
¿En qué consta tu trabajo en la Fundación Casa de Rui Barbosa?
-Brasil ha pasado estos últimos años momentos muy difíciles con respecto a la cultura, la gestión cultural y los procesos de políticas públicas que se venían desarrollando en los últimos años en el gobierno anterior de Bolsonaro quien, por cierto, extinguió el Ministerio de Cultura y promovió un ataque sistemático a las instituciones culturales de todo tipo. La Fundación Casa Rui Barbosa, en especial, fue una de ellas. La Fundación tiene toda esta suerte de acciones, de actividades, pero también básicamente nuestro desafío -que es un desafío compartido con todos los que están en la dirigencia del Ministerio de Cultura de este momento-, es promover la reconstrucción y el fortalecimiento de las institucionales culturales en Brasil, en particular, esta fundación que está vinculada al ministerio. En la Fundación tenemos un departamento de Investigación en políticas culturales. También, gestionamos una cátedra Unesco de políticas culturales y de gestión. Asimismo, colaboramos con varias universidades e instituciones de investigación en este proceso de evaluación y de generar insumos y contenidos para que se pueda evaluar y conocer mejor esta experiencia, tanto del proceso de 20 años vivido en Brasil, como también estos procesos de implementación de esta política en otros países como es el caso ahora en Chile.
¿Por qué es importante generar espacios de encuentro cultural?
-Es un hecho que el tema de la cultura, de la política pública, de la gestión cultural, suele ser cada vez más un tema importante, central y estratégico en las agendas institucionales de los gobiernos, pero también en la agenda de la sociedad. Gran parte del éxito de estas políticas de puntos de cultura reside en la capacidad del gobierno de promover una gestión compartida con la sociedad. Entonces, también lo es el involucrar a las organizaciones, a los gestores de base, a las personas que están en los procesos culturales, comunitarios, barriales, comunales, en el proceso de la gestión. En este sentido, la realización de encuentros, de espacios, de diálogos, de intercambio, de formación, son fundamentales para la realización misma de la política. No son algo accesorio ni aditivo, sino que son algo que es central, porque en estos espacios, en la realidad, estamos gestionando y estamos construyendo las políticas públicas y también son espacios de deliberación, espacios vinculantes, espacios donde se generan propuestas, donde se generan acuerdos. Esto es muy importante para poder hacer políticas públicas de esta naturaleza participativa, horizontal, de crear vínculos, de crear procesos de acción común, entre gobierno y sociedad, entre Estado y comunidad.
¿Cómo recibes esta invitación a exponer sobre el Programa Puntos de Cultura en Chile?
-Para nosotros es muy importante y es una alegría percibir que esta política que se generó en Brasil hoy suele ser también un repertorio común para hablar de la gestión cultural en varios países de América Latina. Nosotros desde Brasil estamos acompañando con mucha atención lo que se viene gestionando en otros países, como es el caso de Chile. Entonces, para nosotros estar aquí también es una oportunidad de aprender cosas nuevas con la experiencia que ustedes están desarrollando y también es una oportunidad para aportar desde la experiencia, desde la trayectoria que hemos recogido y también de integrar esta experiencia a una más amplia, que es este proceso de la Cultura Viva Comunitaria en América Latina, que es algo muy exitoso cuando pensamos el panorama de desarrollo de políticas públicas de cultura de nuestros países.
¿Qué te parece que se generen espacios de encuentro en donde naciones hermanas como Argentina, Brasil, Ecuador o Chile, se encontrarán en un mismo espacio para dialogar sobre cultura comunitaria?
-Me parece muy importante el poder trabajar y pensar de manera integrada la política pública como un proyecto para la región latinoamericana. Somos países que tenemos diferencias, pero también tenemos realidades sociales y procesos históricos comunes y similares. Entonces, sí, nuestros problemas son similares, pero también lo son nuestras soluciones. Me parece que esta es una apuesta por una política cultural de base comunitaria que involucra a la sociedad de manera participativa y que también propone una gestión compartida entre el Estado y las comunidades, es algo muy importante en el contexto político que vivimos en América Latina, en el mundo, que es un contexto político de amenaza a la propia idea de democracia, al Estado de derecho. Entonces, nos toca replantear los acuerdos sociales que se hacen en torno a la democratización de los procesos de gestión. Por ello, en este sentido, creo que es una oportunidad para que sea posible dialogar entre distintos países, vivir la experiencia bajo una consigna, bajo un horizonte común, que es uno de democratización de la cultura, del derecho a los medios de producción de la cultura y de afirmación de esta naturaleza democrática, también de nuestros estados nacionales y locales, en el sentido que se convoca a la sociedad, a la comunidad a ser parte activa de los procesos de construcción de las políticas públicas.
El Programa Puntos de Cultura surgió en Brasil, país del cual provienes. ¿Qué significa para ti llegar a Chile para hablar de esto?
-Es algo muy positivo en la perspectiva del intercambio. Desde Brasil, venimos acompañando los procesos de implementación de políticas culturales en los demás países de la región, en especial los que hacen vínculos con esta política que estamos discutiendo ahora, que son los Puntos de Cultura y la experiencia con las organizaciones de Cultura Viva y Chile ya viene recogiendo un camino. El programa se está implementando ahora, pero por lo menos hace diez años nosotros venimos acompañando procesos en Chile, sea de la mano de los gobiernos o mismo de las organizaciones, donde el tema, el debate de las organizaciones de cultura comunitarios en torno a la cultura ya existe. Chile viene participando con organizaciones culturales en los congresos latinoamericanos de Cultura Viva Comunitaria desde el primer Congreso, el año 2013. Chile está participando del programa Ibercultura Viva, que es un programa de cooperación cultural intergubernamental. Entonces, la implementación de Puntos de Cultura es una consecuencia de un proceso de mucha incidencia, de mucha participación de organizaciones culturales chilenas en este proceso de Latinoamérica. Nosotros venimos y vemos este momento ahora como un momento de consolidación de una conquista que en realidad ya se viene trabajando y desarrollado hace algunos años. Por eso para nosotros también es una alegría llegar a este momento de celebración, de que es en realidad un nuevo comienzo, pero también aquí lo que me gustaría más bien subrayar es que no es algo que surge así, de manera espontánea, sino que es parte de una importante construcción previa e histórica que se hace, viene haciendo, hace algunos años.
¿Por qué es importante que hablemos de cultura comunitaria y que las nuevas generaciones se sumen?
-Les invito a que vengan con un espíritu abierto de diálogo, de construcción, de comprender los límites y las contradicciones de la experiencia de implementar una política pública. Esta es una agenda relativamente nueva para nuestros países, para nuestros gobiernos, pero es una oportunidad histórica muy importante de promover un sentido de política cultural que agregue a este protagonismo, a esta presencia de las comunidades y de las organizaciones. Estamos en un momento donde es más que nunca necesario afirmar el espacio del diálogo, del espacio democrático como un espacio importante para la construcción de nuestro proyecto país. Entonces, esta iniciativa, esta apuesta, tiene este sentido de trabajar la idea misma de una democratización cada vez mayor del Estado de los espacios de decisión. Hay que tener un espíritu de confianza por parte de las organizaciones de que se trata de una puesta a un nuevo modelo de Estado, nuevo modelo de gestión, al modelo más descentralizado, más horizontal y democrático, de construir las políticas públicas en un momento donde hoy más que nunca necesitamos afirmar la democracia y la necesidad de promover espacios de encuentro y diálogo, de intercambio.