El 27 de febrero del año 2010 quedó marcado en la memoria de los chilenos. El potente terremoto de 8,8 grados y posterior tsunami arrasó con el borde costero del sur del país. A 6 años de la tragedia, los alcaldes de las zonas más afectadas concuerdan en que “sacamos las lecciones”.

“Esta emergencia fue muy dolorosa. Se llevó vidas y ciudades completas”, parte señalando Ivonne Rivas, alcaldesa de Tomé. “Sin embargo, es necesario destacar la capacidad que han tenido los vecinos de distintos sectores de nuestra comuna para salir adelante y lograr resolver los problemas de esta mega catástrofe que fue el 27/F”, cuenta a La Nación.

– ¿Cuánto costó levantarse después del golpe?

-En el sentido material, existió una gran inversión pública que se destinó al mejoramiento, reparación y reposición de viviendas. También se destinó una importante cantidad de recursos al diseño de un sistema integrado de mitigaciones que considera muros de contención, arborización y otros elementos que se conjugan con las obras urbanísticas. Sin embargo, existen otras iniciativas que abordan la reconstrucción emocional, como por ejemplo, el programa Acción en Comunidad.

– A 6 años del terremoto y tsunami, ¿qué cosas faltan cosas por hacer?

– Debemos avanzar en algunos temas de infraestructura vial, como por ejemplo, un relevante puente en Dichato en el sector de Villarrica. Además, hay observaciones que está subsanando en la actualidad Serviu con respecto a las viviendas reconstruidas en puntos como Villa Horizonte y Altos de Rari. También tenemos pendiente la reconstrucción en sitio propio, que pese a que están cubiertos los recursos y las familias con resolución, es necesario avanzar.

¿Cree que los organismos de emergencia están más capacitados que en esa fecha?

-Todo este tipo de situaciones dejan aprendizajes y sí hemos visto una coordinación que es distinta y que se sustenta en un trabajo de información a la comunidad. Siempre he dicho que en estos casos la mayor educación es prevenir y los vecinos están recibiendo capacitación sobre como relacionarse con los servicios de emergencia que a su vez se agrupan en un comité según el tipo de catástrofe y desde allí se toman decisiones, en base a la experiencia y la programación. Es muy difícil predecir una emergencia, por eso es clave la coordinación y el que todos sepamos dónde debemos estar en un momento complejo.

“La fuerza de los afectados y el trabajo con las autoridades llevó a que esto se transformara en una oportunidad que ha logrado que puntos como Dichato hoy sean completamente distintos y mejores. Todos aprendimos lecciones con el 27/F y eso hace que estemos un tanto más preparados y que los temores se transformen en respeto hacia la fuerza de la naturaleza”, añade.