Al menos siete palestinos murieron y varios resultaron heridos este martes tras nuevos bombardeos del Ejército de Israel contra el campo de desplazados del barrio de Tal al Sultán, situado en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Este nuevo ataque ocurrió tan solo un día después de que las fuerzas israelíes asesinaran al menos a 45 personas en un bombardeo similar contra el campamento de desplazados de Barakasat, en la misma zona, a pesar de la orden de la Corte Internacional de Justicia que obligaba a Israel a detener sus acciones en Rafah.
La mayoría de las víctimas fatales de este nuevo ataque pertenecían a una misma familia y fallecieron al ser alcanzadas por un proyectil que cayó sobre su tienda de campaña en el campo de desplazados, situado en el oeste de Rafah, según informaciones de la agencia palestina de noticias WAFA. Esta agencia apuntó que el campamento se encuentra situado en las inmediaciones de una sede de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa).
Posteriormente, al menos un palestino murió en otro ataque perpetrado contra el Hospital Indonesio, en la misma ciudad. Mientras tanto, en el centro de la Franja de Gaza se registraron bombardeos que también se saldaron con varias víctimas mortales.
El ataque perpetrado el lunes contra el campamento de Barakasat despertó una oleada de críticas y condenas a nivel internacional y llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar para el martes una reunión de emergencia a petición de Argelia para abordar la situación.
El Ejército de Israel confirmó entonces el bombardeo y señaló que logró neutralizar a dos altos cargos de Hamás, si bien reconoció que “como consecuencia del ataque y un incendio desatado a posteriori en la zona varias personas resultaron heridas”. Así, afirmó que se estaba “revisando” el incidente.
Israel comenzó una ofensiva contra la Franja de Gaza a raíz de los ataques de Hamás, que se saldaron con 1.200 muertos y 240 rehenes. Desde entonces, las autoridades gazatíes han notificado la muerte de más de 36.000 palestinos, a los que se suman más de 510 en Cisjordania y en Jerusalén Este como consecuencia de las acciones de las fuerzas de seguridad y los ataques de colonos israelíes.