Al menos 32 personas murieron y otras 41 resultaron heridas en un ataque suicida en el interior de una mezquita chií en Kabul, informaron a Efe fuentes oficiales.
Un atacante suicida se posicionó entre los fieles que habían acudido a rezar a la mezquita Imam Zaman, en el oeste de la capital, e hizo detonar los explosivos que portaba en su chaleco sobre las 18.00, hora local, dijo el portavoz de la Policía local, Basir Mujahid.
“Desafortunadamente, 32 de nuestros ciudadanos, incluidos mujeres y niños, resultaron muertos en este incidente, y otros 41 resultaron heridos, según la información que hemos recabado hasta el momento“, anotó la fuente.
El Ministerio de Interior afgano confirmó en un comunicado que se trató de un ataque suicida en el que el atacante se inmoló mientras estaba de pie entre los fieles y detalló que los heridos han sido trasladados a hospitales de la zona.
Una fuente de seguridad que pidió el anonimato detalló que un gran número de fieles estaban congregados en el lugar cuando tuvo lugar la explosión, al tiempo que destacó la gran popularidad de esta rábida situada en el área de Dasht-e-Barchi, en la que residen principalmente miembros de la perseguida minoría hazara.
El ataque de Kabul se produjo poco después de que otro terrorista suicida causara una explosión y matara al menos a 15 personas en otra mezquita en la provincia de Ghor, en el oeste de Afganistán.
Los atentados contra la minoría chií son comunes en Afganistán y el último de ellos se produjo a finales de agosto pasado, cuando murieron 28 personas y más de 50 resultaron heridas en una acción también en Kabul reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
Un atacante suicida se posicionó entre los fieles que habían acudido a rezar a la mezquita Imam Zaman, en el oeste de la capital, e hizo detonar los explosivos que portaba en su chaleco sobre las 18.00, hora local, dijo el portavoz de la Policía local, Basir Mujahid.
“Desafortunadamente, 32 de nuestros ciudadanos, incluidos mujeres y niños, resultaron muertos en este incidente, y otros 41 resultaron heridos, según la información que hemos recabado hasta el momento“, anotó la fuente.
El Ministerio de Interior afgano confirmó en un comunicado que se trató de un ataque suicida en el que el atacante se inmoló mientras estaba de pie entre los fieles y detalló que los heridos han sido trasladados a hospitales de la zona.
Una fuente de seguridad que pidió el anonimato detalló que un gran número de fieles estaban congregados en el lugar cuando tuvo lugar la explosión, al tiempo que destacó la gran popularidad de esta rábida situada en el área de Dasht-e-Barchi, en la que residen principalmente miembros de la perseguida minoría hazara.
El ataque de Kabul se produjo poco después de que otro terrorista suicida causara una explosión y matara al menos a 15 personas en otra mezquita en la provincia de Ghor, en el oeste de Afganistán.
Los atentados contra la minoría chií son comunes en Afganistán y el último de ellos se produjo a finales de agosto pasado, cuando murieron 28 personas y más de 50 resultaron heridas en una acción también en Kabul reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.
