Al menos 18 personas resultaron lesionadas en un centro comunitario de Arab al-Aramshe, una localidad fronteriza al norte, el miércoles pasado,tras el impacto de un dron presuntamente lanzado desde Líbano.
El incidente, confirmado por las fuerzas armadas y los servicios médicos, ha generado preocupación por una posible escalada de tensiones en la región. Hezbollah reivindicó el ataque, dirigido, según ellos, contra una instalación militar israelí en uso.
El ataque ocurrió por la mañana y, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), de los 18 heridos, 14 son soldados. De estos, seis están gravemente heridos, dos tienen lesiones leves y otros dos están estables.
Una víctima civil se encuentra en estado crítico, mientras que las demás recibieron atención por heridas variadas. El servicio de ambulancia Magen David Adom (MDA) activó equipos de respuesta rápida y clasificó a las víctimas, destacando una con heridas moderadas a graves y a otras ocho con lesiones leves. El servicio permanece alerta ante la posibilidad de nuevos ataques.
Hezbollah, el grupo terrorista que opera desde Líbano, afirmó que su objetivo era un edificio utilizado por las fuerzas israelíes para operaciones con misiles guiados y drones explosivos. Este evento marca un punto crítico en el prolongado conflicto entre Israel y Hezbollah, elevando la tensión en la volátil frontera.
La comunidad internacional ha estado atenta a los desarrollos, exhortando a la contención para prevenir una escalada mayor que pudiera desestabilizar aún más Oriente Medio. Este suceso resalta la inestabilidad de la paz en la región y el potencial para un conflicto más amplio si no se manejan con prudencia las hostilidades entre Israel y las facciones militares de Líbano.
Hezbollah, respaldado por Irán, ejecutó este miércoles un ataque combinado con misiles guiados y drones contra una base israelí, en respuesta a acciones previas que resultaron en la muerte de tres de sus combatientes.
