Se trata de la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Simón Poblete, ambos militantes de la disuelta agrupación guerrillera peronista Montoneros, quienes fueron secuestrados entre abril y mayo de 1977 en la provincia de Córdoba (centro) y permanecen desaparecidos.
La mujer, de 40 años, aún no se reunió con su familia de origen, que la buscó durante cuatro décadas ya que, cuando fue secuestrada, María del Carmen estaba embarazada de siete u ocho meses y suponían que había podido dar a luz. “Le vamos a dar todo el tiempo del mundo para que procese su situación“, dijo Elsa Poblete, tía paterna, en una rueda de prensa en la sede de Abuelas en Buenos Aires.
La nieta número 127 había sido anotada como hija propia por un matrimonio vinculado a la dictadura, en Mendoza, 1.000 km al oeste de Buenos Aires.
Estela Carlotto, presidenta de la entidad que cumplió 40 años en octubre, anunció “la feliz noticia del encuentro de una nueva nieta, nacida en cautiverio en mayo o junio de 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)”.
Sobre los padres biológicos, Adriana Moyano, tía materna, contó que “los secuestraron en Córdoba cuando viajaban desde Mendoza a Buenos Aires”. Agregó en base a testimonios de sobrevivientes “los tuvieron unos días en La Perla (centro de exterminio y torturas en Córdoba). Carlos quedó ahí y a ella la trasladaron a la ESMA, donde dio a luz”.
Acorde a los testimonios, en el parto participó el obstetra Jorge Luis Magnacco, condenado por delitos de lesa humanidad pero recientemente liberado por haber cumplido dos tercios de la condena.
En octubre pasado, la mujer fue citada por el juzgado federal de Mendoza para realizarse estudios genéticos. El viernes pasado se confirmó la identidad.
Adriana Moyano agregó: “Estamos muy bien por la noticia de que existe, de que está. No sabemos cómo se llama, ni con qué familia se crió, pero está viva. Hay que darle tiempo. Nosotros tuvimos amor y esperanza estos 40 años, por qué no permitirle a ella que se tome el tiempo“.
Abuelas de Plaza de Mayo aún busca a otros 300 nietos y nietas, hijos e hijas de desaparecidos de la dictadura, la mayoría robados por militares o sus cómplices.