La imagen de la industria empresarial en Chile ha quedado dañada después de la ronda de malas prácticas en grandes compañías que salieron a la luz en los últimos años, como la colusión de las farmacias, la de los pollos, la del confort y los supermercados.
Estos casos han afectado directamente a las pymes, que están expuestas de igual forma a estas situaciones irregulares. Pero estas empresas tienen una ventaja: son más pequeñas, por lo tanto es fácil acotar la educación interna e implementar prácticas de compliance o cumplimiento de las normas de ética financiera.
Susana Sierra, gerente comercial de BH, señala que los propietarios o administradores de las pymes tienen un mayor contacto con sus colaboradores, por lo que pueden transmitir el compromiso con su propio buen comportamiento. “Asimismo, cuentan con un menor número de empleados lo que hace más fácil la labor de controlar el buen comportamiento del personal, por lo que las pymes pueden resultar ser un verdadero ejemplo para las empresas más grandes”, explica.
El objetivo de esto es no cometer delitos y regirse por la Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas. La normativa, “frente a determinados ilícitos, se especifican sanciones como multas, pérdida de beneficios fiscales, prohibición de participar en negocios con el Estado e incluso su cierre”, manifestó Sierra.
BH Compliance creó una metodología especial para pymes, para que adapten los modelos acorde a su realidad. Éste busca que la empresa tenga los controles adecuados para prevenir estos delitos económicos.
Para eso entrega 10 consejos a las pymes
► 1.- Predicar con el ejemplo.
► 2.- Capacitar a los colaboradores en lo “que no se puede hacer”.
► 3.- Evaluar en qué instancias se relaciona con funcionarios públicos, y crear protocolos para estas circunstancias.
► 4.- Ocuparse de las salidas de caja de la empresa: cada pago a proveedores debe ser contra una entrada de servicio.
► 5.- Efectuar donaciones a instituciones que conozca; ocuparse del destino de su aporte y hacer seguimiento.
► 6.- Analizar qué riesgos tiene la empresa de ser utilizada para lavar activos, sobre todo, a través de proveedores. Recuerde que un lavador de activos, lo que busca es obtener una factura, o algo que demuestre que tuvo ingresos.
► 7.- Revisar la relación con la comunidad donde está inserta la empresa; si no lo quieren, algo está haciendo mal.
► 8.- Entregar herramientas, seguridad y confianza a los colaboradores para que hablen con la firma en caso que detecten anomalías en ella.
► 9.- Recordar que si ocurre una irregularidad financiera, el culpable será la empresa, no por cometer el delito, sino por no cumplir con el deber de dirección y supervisión; por no entregar las herramientas adecuadas a sus colaboradores para que esto no ocurra.
► 10.- Dejar evidencia de las acciones que lleve a cabo su empresa.
AUTOR: Ricardo Pérez V.
FUENTE: La Nación