(Samuel Fernández Illanes, académico Universidad Central y exembajador): Se barajó (en el caso de Ronald Ojeda) un auto-secuestro que estaría descartado, porque ser asesinado no calza. Un rapto por narcotraficantes del Tren de Aragua u otros criminales, sin cobro de rescate y con el sólo propósito de demostrar poder, aumenta la confusión, en el siempre enredado mundo de las operaciones de inteligencia, que suelen utilizarlos para ocultar los verdaderos autores. En definitiva, queda la versión más plausible, una acción de contrainteligencia por quien tendría el mayor interés de acallarlo, definitivamente, y mandar un poderoso mensaje de advertencia: el régimen de Venezuela.