Ricardo González, conocido como el “abogado del metanol”, está actualmente cumpliendo una condena de 24 años por el homicidio efectivo de una persona y otro homicidio frustrado, ambos utilizando este compuesto químico para envenenar a sus víctimas.

Recientemente se realizó la exhumación del cadáver de Marcelo Montecinos Herrera, quien falleció el 18 de julio de 2016 en circunstancias sospechosas. Montecinos, amigo del abogado, fue exhumado como parte de una investigación sobre una nueva posible víctima fatal de González.

La diligencia tuvo lugar en el Parque Los Pensamientos de Viña del Mar, donde Montecinos fue sepultado tras su muerte por un paro cardiorrespiratorio y una disfunción multiorgánica.

Según informó la Fiscalía a la Estrella de Valparaíso, esta acción se enmarca en una causa en etapa investigativa, con muestras óseas del difunto tomadas para análisis tanto en Chile como en el extranjero.

La familia de Montecinos espera que estas diligencias esclarezcan las dudas sobre la posible implicación de González en la repentina muerte del hombre, que coincide con las circunstancias de las otras víctimas del “abogado del metanol”.

Ricardo González, conocido por su modus operandi de convencer a sus víctimas para adquirir seguros de vida y luego intentar envenenarlas con metanol, comenzó con Luis Olivares, quien fue encontrado con vida en una fosa en la Región de Valparaíso.

Su segunda víctima fue Natalia Veliz, encontrada sin vida bajo circunstancias similares a las de Olivares. Ambos casos muestran un patrón claro en la forma en que González operaba.

Familiares de Montecinos han afirmado que su muerte también sigue el mismo patrón: Montecinos adquirió un seguro de vida asesorado por González y experimentó síntomas como dolor de estómago, vómitos, visión borrosa y mareos antes de su muerte, según su pareja, Selma Lara.