El legendario futbolista argentino Diego Maradona fue “abandonado a su suerte” por el equipo de salud que lo atendió en los días previos a su muerte, el 25 de noviembre de 2020, con un tratamiento “inadecuado, deficiente y temerario”, según un informe.
La junta médica que investiga a pedido de la justicia las causas del deceso determinó en un documento de 70 páginas que Maradona “comenzó a morir, al menos, 12 horas antes” del momento en que fue hallado sin vida en su cama y sufrió un “período agónico prolongado”.
El informe fue elaborado por una junta interdisciplinaria de 20 peritos convocada por la Fiscalía General de San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, que busca determinar si el deceso de Maradona pudo haberse producido por abandono de persona o de un homicidio culposo (involuntario).
El ’10’ argentino murió el 25 de noviembre pasado, a los 60 años, solo en su cama de una casa alquilada en un barrio privado en el norte de Buenos Aires, donde se recuperaba tras una operación por un hematoma en la cabeza, y donde supuestamente estaba con internación domiciliaria.
El informe de la junta médica concluye que el capitán de la selección argentina campeona en México 1986 “hubiese tenido más chances de sobrevida” de haber contado con una internación adecuada y en un centro asistencial polivalente.
“Considerando el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general, debió haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada”, insistió la junta.
Los peritos indicaron que Maradona “no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud” al momento de su salida de la clínica Olivos, donde había sido operado de la cabeza.
En los días previos, el exastro del Nápoles y el FC Barcelona había insistido en irse de la clínica y había rechazado ser llevado a otro centro de salud, según su médico de cabecera, Leopoldo Luque, uno de los investigados.
Entre las conclusiones, la junta sostiene que “fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba” y el cuidado de enfermería en esas últimas semanas “se encuentra plagado de deficiencias e irregularidades” y con falta de controles.
“El equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando ‘a la suerte’ el estado de salud del paciente“, acusan los peritos en el informe.
Los últimos días
Maradona había sido operado de un hematoma en la cabeza el 3 de noviembre. Poco antes, el 30 de octubre, asistió en mal estado de salud al festejo de su cumpleaños 60 en el estadio de Gimnasia La Plata, cuyo equipo dirigía.
Aquel día en el estadio platense, a 60 km al sur de Buenos Aires, fue la última vez que apareció en público quien había sido aclamado por millones de aficionados en todo el mundo.
Testigos aseguran que sufría adicciones al alcohol y a los psicotrópicos. Después de su retiro estuvo varias veces al borde de la muerte por dolencias del corazón y consumo de drogas.
En la causa judicial abierta por la muerte del ’10’ están investigados, y por lo tanto imputados, la psiquiatra Agustina Cosachov, el neurocirujano y médico de cabecera Leopoldo Luque y el psicólogo Carlos Díaz, además de una enfermera, un enfermero, una médica coordinadora y un coordinador de enfermeros.
Las penas en Argentina por abandono u homicidio culposo van de cinco a 15 años de prisión.
Sebastián Sanchi, quien fue vocero de Maradona, comentó a la AFP que con este informe “claramente la junta (médica) está diciendo que al menos para ellos no se hicieron las cosas bien”.
En medio de recriminaciones y acusaciones por la atención que se le dio a Maradona en sus últimos tiempos, avanza otra causa paralela que dirime la herencia disputada entre sus cinco hijos, sus hermanos y el último representante legal del ’10’, Matías Morla.